En un momento donde la Unión Europea ha comenzado a trabajar para lograr la completa descarbonización de la industria y la nulidad o neutralidad de las emisiones de carbono no hay duda de que muchas empresas han estado cambiando su estrategia para lograr las metas que se han establecido. Eso sí, ahora, en los últimos meses se ha visto como existe un grave cambio de opinión y conducta en muchos países, especialmente en Italia. El país europeo se ha negado a dejar de fabricar coches de combustión o al menos harán todo lo posible para seguir estando el chicle de la producción de estos modelos que tantas alegrías le han dado en el pasado.
El país transalpino pide una negociación con las entidades pertinentes y ahora esperan que los intereses de las empresas, lobbies, y responsables de la industria del motor y petróleo pongan la directa para la producción ante el fin de la contaminación. Ahora, que la Unión Europea ha indicado que están poniendo en marcha la agenda fit for 55, con la que pretenden reducir la contaminación entre el 2030 y el 2050, cuando pretenden reducir un 55% las emisiones de los turismos en comparación al 2021.Con los cambios que se han ido introduciendo poco a poco, Italia apuesta por la oposición completa a la intención del viejo continente y asegura que seguirán produciendo coches diesel o gasolina. El país ha apuntado que seguirán manteniendo la industria automovilística actual con firmas como Ferrari o Lamborghini y en un principio, aprobaron la excepción con la enmienda Ferrari, donde prorrogó las restricciones un año más en esas empresas que producen hasta 10.000 coches al año.
Con ganas de más ayudas
El primer ministro italiano quiere seguir picando piedra. En unas declaraciones a Reuters, Antonio Trajani ha solicitado a la UE que no apruebe la prohibición completa de la venta de coches de combustión. "Soy un gran partidario del coche eléctrico, pero debemos defender nuestra industria automovilística", ha indicado, recordando que la propuesta italiana es la de reducción de 100% a 90% la venta de coches de combustión, es decir, esperan dejar que el 10% de los coches que se vendan sean diesel o gasolina.
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