Jaguar E-Type (1961-1975) el icono británico

Hablar someramente del Jaguar E-Type es ardua tarea, ya que tratar de resumir la exitosa vida de no solo uno de los Jaguar más emblemáticos, sino uno de los universalmente conocidos automóviles más bonitos e importantes de la historia no es algo sencillo.

Ya desde su mismísima presentación el Salón de Ginebra en la primavera de 1961 el E-Type fue acogido con los brazos abiertos por el público y la prensa especializada, su estilizada silueta, única en todo el panorama del motor de la época y sus cifras, que aun hoy son dignas de reconocimiento, auparon al E-Type al olimpo de los deportivos del planeta.

Nacido para sustituir a la exitosa serie XK, el E-Type no solo logró su cometido, sino que se convirtió en el modelo más representativo de su marca y uno de los más codiciados de su época.

Sus líneas, hábilmente dibujadas por Malcolm Sayer, bebían de los primeros pasos de la entonces incipiente aerodinámica, con una peculiar forma achatada horizontal, en el que tanto el capó delantero como el maletero remataban en punta la silueta en forma de huso. Disponible en carrocerías coupé y cabriolet, esta última disponía de mayor aceptación estética al carecer del techo que rompía un poco la estilizada silueta que disponía la variante abierta.

En el mercado de 1961 a 1975, el E-Type gozó de tres generaciones o series, las dos primeras dotadas del motor de 6 cilindros en línea heredado precisamente de los XK, con cilindradas de 3.8 y 4.2 litros, ambas con una potencia idéntica, 265 caballos, a pesar del aumento de la carrera de lso pistones en el caso de la última versión de 4.235 c.c., que sin embargo ofrecía su cifra máxima de potencia a 100 rpm antes.

En 1971 apareció la última versión, el E-Type Serie III, estrenando en el modelo el motor V12 Jaguar de 5.3 litros y 272 caballos, que se mantuvo en el mercado hasta 1975, contando con las carrocerías abierta y coupé, esta última con opción a disponer de 2+2 plazas, opción esta estrenada en el E-Type Serie II.

Historia

Ya desde las primeras versiones de la Serie I, el E-Type presumía de una velocidad máxima de 240 km/h, inédito en un modelo de la época, no en vano el propio Enzo Ferrari admitió que el nuevo deportivo de Jaguar era el coche más bonito que había visto nunca.

Las palabras de Il Commendatore se verían refrendadas décadas más tarde, cuando el MOMA de Nueva York añadió a su exposición permanente una unidad de la primera serie, como reconocimiento a su inconfundible estilo y belleza.