Los miles de vehículos que actualmente circulan en las carreteras, autopistas y avenidas del mundo fueron diseñados y fabricados utilizando diferentes formas y acabados. Muchas empresas dieron en el clavo, por así decirlo, y al lanzar sus modelos al mercado gustaron inmediatamente. Otras en cambio, tardaron más en vender sus productos, y en el peor de los casos, hasta tuvieron que recortar su producción y decretarla como un fracaso. El resultado de ello, grandes pérdidas de dinero, tiempo, y desde luego, el desperdicio de mucha tecnología. Si bien es cierto que lo primordial en un coche son sus apartados tecnológicos, también hay que tomar en cuenta que a veces, un "modelo radical" no significa excesos.
Aunque nos cueste creerlo, está comprobado que los modelos más simples son los que se venden más, y la razón, aparte de sus sistemas avanzados, es su forma, sus líneas, y sus atractivos colores. Este último detalle tiene mucho peso. Imagínese un coche expuesto en algún concesionario sin pintura, con la latonería en metal y la carrocería al descubierto; de seguro llamaría la atención pero por feo. No serviría ni para una estrategia de marketing porque a la larga, serían más los que le rechazarían que los interesados en comprarlo.
Es así, los colores son los que terminan de complementar un coche, y los que al final le dan ese toque de encanto que sabe cómo enamorar a los futuros compradores. Es por ello que la pintura automotriz toma gran importancia al momento de fabricar un coche y darle esos detalles finales que lo hacen lucir perfecto, aun cuando sean sencillos o hasta económicos con respecto a los de grandes marcas. La pintura data de muchos años; es parte de nuestra vida, del planeta y es hasta necesaria para alegrarnos y mantener nuestro estado de ánimo arriba.
La primera pintura
Y pensar que los primeros datos sobre la pintura automotriz datan de la era en donde las carretas dominaban los caminos del mundo. Y es que a todos, sin importar las generaciones, siempre nos ha gustado lucir muy bien; no olvide que de hecho hay un dicho que reza que "las cosas se parecen a sus dueños". En aquellos tiempos no existían tantos adelantos o las cosas simplemente salían como salían. Se dice que el barniz era utilizado como una especie de pintura, con el cual embellecían los carruajes o los renovaban cuando lucían desgastados. Esa especie de pintura era conocida como "barniz japonés".
Se corrió la voz y se hizo famoso. El barniz asiático se comenzó a utilizar en muchos lugares. Algunos años más adelante se empleó en los primeros coches de la historia pero, como no existían herramientas adecuadas para su uso y aplicación, se utilizaba una brocha rudimentaria para pintar todo el vehículo. Nos podemos imaginar que el proceso de pintura duraba muchos días y el resultado no era el esperado. El acabado sencillamente era feo, y predominaban las líneas dejadas por la brocha en la carrocería. Eso era lo único que existía, pero al final "peor es nada", opinaban algunos.
Se fue el Barniz Japonés
Pero las cosas siguieron su curso, todo evolucionó y llegó el fin del "barniz japonés". A principios del siglo veinte, se desarrolló una laca a base de resina nitrocelulosa que suplantó por completo al conocido barniz. Con la aparición de este nuevo material también se presentó una nueva herramienta que cambió, tanto la aplicación como el acabado. A los coches se les dio una nueva apariencia, y los detalles que dejaban las brochas desaparecieron; esta herramienta se conoce como la pistola de aire. A la nueva laca también se le podía aplicar cera, y esto hacia lucir brillantes a los vehículos.
Nos acercamos a los años treinta. Salió un nuevo compuesto conocido como esmalte sintético que mejoró en todos los sentidos a la laca. El esmalte era capaz de aumentar la adherencia, el brillo, la flexibilidad y la durabilidad, y lo mejor de todo, es que no necesitaba ser pulido. Por un tiempo revolucionó todo lo conocido, y muchas personas querían que a sus coches se les aplicara tal fórmula para verlos renacer. Poco después se fueron dando más cambios como la aparición de la laca y el esmalte acrílico respectivamente que pronto fueron superados tanto por el esmalte poliuretano y los acrílicos-uretanos, estos últimos capaces de soportar hasta los agentes químicos que corroen la pintura debido a la contaminación ambiental.
Los últimos acabados
La década de los 80 vio la llegada de los sistemas bicapas y tricapas. Estas eran hechas a base de resinas poliéster, CAB y resina de polietileno y, junto a los transparentes poliuretanos de altos sólidos generaban mayor profundidad, brillo, durabilidad y belleza, de hecho, hasta nuestros días son muy usados en todo el mundo. También encontramos las hechas a base de agua, de gran calidad, las cuales se destacan porque no emiten sustancias contaminantes a la atmosfera.
Las pinturas automotrices son de los grandes inventos de la era moderna. Todos los colores son hechos bajo los más estrictos estándares para lograr un acabado perfecto, algo que, aunque se nota a simple vista, siempre pasa desapercibido. Son muchos los procesos por los que pasan los colores para lograr la perfección; será por eso que a los coloristas automotrices también les llaman "artistas". Pero sin importar que la pintura solo sea una mezcla de resinas, solventes, pigmentos y aditivos, ¡que sería del mundo automotriz sin ella! Seguramente veríamos los coches como en los viejos televisores, en blanco y negro.
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