El mundo de los coches clásicos está repleto de amantes, aficionados y coleccionistas de todo tipo, hemos podido ver como muchos de estos aficionados y coleccionistas hacen hasta lo imposible por sus coches, y es hasta entendible, ya que este tipo de actividades solo pueden ser comprendidas por quienes tienen o sienten una real pasión por el segmento automotriz.
Hemos tenido la oportunidad de conocer acerca de casos muy curiosos en donde se han hallado algunos modelos de coches clásicos en un estado de abandono y deterioro que nos hacen cuestionarnos sobre si de verdad valdría la pena restaurarlos, y una vez finalizada dicha restauración los resultados nos garantizan que en realidad fue la decisión más acertada; son muchas las oportunidades en que está involucrado uno de los conocidos vehículos "clásicos", a los cuales se le aplican ciertos adelantos tecnológicos para luego dejarlos como recién salidos de horno, por así decirlo, devolviéndolos a sus días de gloria. Aunque de seguro muchos de esos casos nos han causado impresión el de hoy despertará mucho más nuestra curiosidad, de hecho, esta es la primera vez que escuchamos acerca de la restauración de un coche clásico, pero de juguete, tal cual, el caso de un clásico fabricado por Hot Wheels.
Hot Wheels, protagonismo que crece
Si tomamos en cuenta el hecho de que Hot Wheels en los últimos años se ha convertido en uno de los principales fabricantes de mini coches de colección más solicitados, además de su participación especial en películas, en donde son los protagonistas de efectos especiales, así como también de saltos acrobáticos; ahora también comenzaron a protagonizar en otro segmento, en el mundo de las restauraciones, algo curioso pero que en definitiva despierta el interés de jóvenes y adultos.
Camaro de juguete de 1968
Esta vez el protagonista de dicha restauración es un Camaro de 1968 de juguete, que suponemos en su tiempo no debe de haber costado un poco más de un par de dólares. Aunque desconocemos en realidad cuales han sido las verdaderas razones por las cuales este juguete ha llegado al punto de necesitar ser restaurado, es decir, el porqué su propietario se vio en la necesidad de solicitar esta meticulosa restauración; pudiera ser porque se trata de una edición especial, un mini coche del cual solo salieron muy pocos, o si por el contrario, lo hizo solo por la razón de tener un valor sentimental para él. Lo cierto es que se sabe que tal trabajo de restauración ni siquiera es realizado por un aficionado, sino que contrató a una reconocida empresa para tal actividad.
Redline Restoration es el nombre de la empresa elegida para llevar a cabo esta tarea. Redline es muy reconocida, ya que se especializa principalmente en la restauración de coches clásicos reales, por lo que esta tarea no debería de suponer ningún tipo de reto especial, aunque no debemos dejarnos engañar por las apariencias, ya que muchos de nosotros asumiríamos que, por tratarse de un juguete, para llevar a cabo este trabajo no deberíamos de contar con algún tipo de técnica especial o de cuidado, lo que al parecer no es del todo cierto si tomamos en cuenta los cuidados y todos los detalles que el restaurador uso para lograr alcanzar este interesante objetivo.
Parte del proceso de restauración
En primer lugar se tenido que separar la pequeña carrocería del chasis, actividad que debió realizarse con sumo cuidado; una vez realizada la separación es necesario despojarlo de su maltratada pintura. El siguiente paso es sumergir ambas piezas, tanto la carrocería como el chasis, en un vaso el cual ha sido preparado con una solución de acido fosfórico al 75% con el fin de eliminar cualquier rastro de oxido presente. Una vez finalizado este proceso en el acido el siguiente paso es pulir el metal por un espacio de 15 minutos aproximadamente, lo le dará una apariencia muy similar a la de un coche que acaba de salir de la línea de montaje. En este punto el preparador se ha tomado su tiempo para reparar algunos daños presentes en el juguete como por ejemplo el capó roto y reemplazar las ruedas del mismo.
Los resultados finales
Una vez terminada la preparación de la carrocería el siguiente paso es pintar el coche para lo que el restaurador se valió de la consulta de un libro que asumimos fue compartido por la propia empresa Hot Wheels, en donde se especifica el color original que alguna vez lucio este juguete, el techo pintado en color negro y la carrocería en color morado. Luego de dejar secar por un par de días y reparar el parabrisas frotándolo con un producto especial, el coche está listo, y ha quedado como nuevo, desconocemos cual ha sido el valor de esta restauración pero seguramente su propietario estará conforme al ver los resultados.
Esto es un breve ejemplo de todas las maravillas que pueden ocurrir en el interesante y extenso mundo del sector automotriz, y el poder que tienen las restauraciones de coches.
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