La nueva apariencia del Gallardo, que solo será aplicada en los tracción integral, no hace sino afear la sensacional apariencia que tenía tras su segunda generación y que fue presentada con el LP560-4, sin ofrecer ninguna mejoría sustancial a cambio.
El nuevo paragolpes delantero, al que le sobran líneas rectas divisorias en las tomas de aire y esa ruptura en la rejilla trasera, se torna cual modificación de mal gusto y cutre de un carrocero sin el más mínimo sentido del ridículo.
Como si del alumnado de Educación Primaria con una regla, un lápiz, un folio en blanco y libertad total para practicar el dibujo lineal se tratase, la doble división triangular de los extremos del frontal dejando una trapezoidal en el centro que, más o menos se copia en la trasera, supuestamente, mejora el flujo del aire, pero elimina del Gallardo la agresividad estética que con la agudización de las entrada de aire que hasta ayer tenía la producción actual.
¿Edición especial?
Para los LP 570-4 Superleggera y Spyder Performante estará disponible el paquete Edizione Tecnica que no ofrece nada más que un alerón fijo y un sistema de frenos con discos carbocerámicos, ambos al estilo del SuperTrofeo, y unos nuevos acabados estéticos para los asientos. Ya.
En resumen, si alguien cree que que Lamborghini ha presentado alguna novedad sustancial, se equivoca, sigue estirando y tensando la cuerda hasta el irremediable momento del cambio a un nuevo deportivo de acceso a la marca con innumerables ediciones especiales o paquetes o kits o extras secundarios que hacen perder credibilidad a una marca que desde hace tiempo da una de cal y una de arena en cuanto a presentaciones, alternando momentos gloriosos como con el J que nombrabamos al principio, con decepciones tan brutales como las que hoy presentamos.
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