A nivel mecánico son muchos factores que determinan que nuestro coche se encuentra en perfectas condiciones. Desde el funcionamiento del motor, las piezas mecánicas, y todo lo que tiene que ver con la electricidad del coche, cada cosa funcionando a la perfección es lo que nos dará la seguridad de circular por las calles y avenidas confiados en que tenemos un coche que cumple a cabalidad con sus funciones. Para obtener lo mejor de nuestro vehículo es necesario cumplir a cabalidad con sus mantenimientos de manera rigurosa, ya que solo así veremos los resultados que tanto esperamos.
Cuando hablamos de fallas nos podemos referir a muchas y de diversos tipos, desde las mecánicas que tienen que ver directamente con el motor, hasta las de origen eléctrico. Hay una en específico que nos preocupa cuando se suscita, y tiene que ver precisamente con los botes de combustible. A nivel de seguridad es bueno recordar que cuando de combustibles se trata, estamos ante un riesgo latente. Los combustibles son inflamables, y dependiendo de las condiciones y la temperatura pueden desembocar en incendios que, si no actuamos a tiempo, podrían consumir tanto en coche como a sus ocupantes.
Nadie está exento de que en su coche ocurran fugas de combustible, de hecho, estas se pueden originar con cosas tan simples como el desgaste de las piezas y conductores por donde pasa el líquido. Las fugas de combustibles deben ser atendidas de inmediato, de hecho, están catalogadas como las fallas más peligrosas dentro de cualquier vehículo; es por ello que vale la pena señalar a que se deben o cuáles serían las causas principales por las que se pueden presentar las fugas de combustible en nuestro coche, de esta manera estaremos preparados de ocurrir cualquier eventualidad que pueda terminar en una catástrofe.
Algunas señales de botes de combustible
Lo primero que tenemos que observar es el suelo. En la mayoría de los casos, los botes de combustible se aprecian en el suelo; todo comienza poco a poco, de a gotas, hasta que el bote se hace más grande y toca revisar desde donde se origina. Las pérdidas de combustible generan un mayor consumo sin explicación alguna, y con el pasar del tiempo se van incrementando. Otro factor a tomar en cuenta es el olor a gasolina o diésel inusual, que además penetra a la cabina sin razón alguna. Fíjese también al levantar el capo del coche, o cuando se calienta el motor y se percibe un olor a gasolina cocinada.
Se recomienda revisar aquellas piezas por donde es usual el paso de la gasolina, las cuales pueden ser el tanque, las mangueras por donde pasa el fluido, la bomba de la gasolina, el filtro de combustible, la válvula e inclusive los mismos inyectores que llevan algunas gomas que con el pasar del tiempo, y las altas temperaturas, se van chamuscando hasta dejar de ofrecer las mismas prestaciones.
El convertidor catálico
Existen otros factores que contribuyen a un mayor combustible de la gasolina, entre los cuales podemos nombrar el convertidor catálico. Esta pieza por lo general se bloquea, y cuando esto ocurre el combustible deja de quemarse adecuadamente porque la gasolina se mezcla con el aire. Es precisamente esta mala mezcla la que hace que se consuma más combustible para que el coche circule adecuadamente.
Las bujías y batería
Las bujías son otras piezas de vital importancia que tienen mucho que ver con el consumo de combustible en el coche. Las bujías generan la chispa para que se produzca la combustión interna, es por ello que, al estar en mal estado, este proceso deja de realizarse adecuadamente, y se genera un mayor consumo; las bujías están ligadas íntimamente a las bujías, es por ello que, si la batería está en mal estado, a las bujías no les llega la energía suficiente para generar la chispa, por lo que la combustión interna no se efectúa de la mejor manera.
Sensores de temperatura y oxígeno
Los sensores de temperatura y oxígeno también tienen mucho que ver en el consumo de combustible. El primero de ellos, al encontrarse en mal estado, le indica al coche que la temperatura está más alta de lo normal, generando un mayor consumo de combustible y aceite. En el segundo caso, el sensor de oxígeno controla la cantidad de oxígeno en el escape, lo que además regula el gasto de combustible. Si el sensor de oxígeno está malo el consumo de combustible será mayor.
El nivel de nuestras llantas
Otro aspecto que muchas veces pasa desapercibido son las llantas del coche. Los neumáticos deben tener la cantidad de aire necesario para que el coche circule de manera adecuada, caso contrario, y aunque usted no lo crea, genera un consumo mayor de combustible, y esto se debe a que aumenta el contacto de las ruedas con el suelo. El inadecuado nivel de aire en las llantas trae otro tipo de inconvenientes, como desalineación, algo que también se suma a un mayor consumo de combustible.
Recomendaciones finales
Nosotros como conductores podemos bajar los niveles de consumo de combustible al poner en práctica ciertos detalles que también influyen en su desgaste excesivo. Usar de manera adecuada el acelerador, frenar a tiempo y evitar frenazos inesperados, cuidar el peso de carga que llevamos en nuestro coche, y conducir con las ventanillas arriba para entorpecer los niveles de aerodinámica en el coche también evitarán un mayor consumo de combustible innecesario.
Artículos recomendados