Durante cerca de veinticinco años, una leyenda ha viajado por todos y cada uno de los rincones de los Estados Unidos, recorriendo cada lugar donde hubiera un aficionado al motor de ese país, yendo de boca en boca hasta atravesar sus fronteras naturales y gracias a la red de redes, diseminarse por todo lo largo y ancho del planeta.
La leyenda urbana cuenta de la existencia de una misteriosa colección de Corvettes abandonada a su suerte, perdida en los sótanos de la ciudad de Nueva York. Olvidada y polvorienta en un rincón de un parking cualquiera de la ciudad, oculta y a la vista de todos al mismo tiempo, acumulando polvo año tras año, sin que nada ni nadie aparentemente le haga caso.
Pero lo más intrigante de esta historia, es que ni es un mito ni se trata de una colección cualquiera, no son unos cuantos 'Vettes reunidos en un mismo lugar al mismo tiempo, de cualquier época y en cualquier estado, sino una completa colección que incluye al menos un modelo sin apenas uso o a estrenar de cada año que ha sido fabricado el célebre deportivo de Chevrolet, incluyendo todos y cada uno de los modelos desde su nacimiento, en 1953.
Corvette Dungeon
Hace unos pocos años descubrí esta historia gracias a un artículo de Jalopnik, en el que además de retratar la historia desde el punto de vista de los pocos que han tenido la suerte de descubrir la colección, mostraban la prueba gráfica no solo de su existencia sino del estado de abandono en el que se encontraban todos y cada uno de los ejemplares, más almacenados que estacionados, en un parking cualquiera de la ciudad que nunca duerme, Nueva York.
El artículo desvelaba el periplo de varios personajes en la búsqueda de dicha colección, que si bien durante años se mantuvo almacenada en garajes de accesibilidad relativamente sencilla, durante años estuvo oculta a la vista de todos, cambiando de ubicación de tanto en tanto, cada vez que era descubierto su nuevo emplazamiento y volvía a recuperar el interés de los aficionados y prensa especializada, que en algún momento termino acuñando la expresión "La mazmorra de los Corvettes".
La historia reciente de esta búsqueda comienza en 2005 con un artículo del New York Magazine, en el que se relata la existencia de la colección, su procedencia y ubicación, en los sótanos del edificio donde se imprimía el diario Daily News, en Brooklyn, en ese momento convertido en un bloque de apartamentos.
El artículo, de Josh Dean, retrataba a la perfección el vejado estado de conservación de los 36 Corvettes, algunos auténticas piezas de colección, como la unidad de la primera generación de 1953, del cual tan solo se habían fabricado 300 ejemplares y era toda una joya para cualquier coleccionista, fuese cual fuese su estado.
El génesis de la colección es tan sencillo como rocambolesco, fue un premio que ofreció la cadena de televisión VH1 (Video Hits 1) en un concurso en 1990. Ávidos de atraer audiencia idearon un concurso que levantara mucha expectación, y ese fue el resultado, más de un millón de personas llamaron al número de teléfono asignado a un precio por llamada de 2 dólares, recuperando sobradamente la inversión de la compra masiva de los Corvettes, que realizaron en apenas unos meses.
El ganador fue un carpintero de Long Island, Dennis Amadeo (citado como Amodeo en algunos artículos), que según obtuvo el premio recibió una oferta por la colección completa del artista pop Peter Max, famoso por su colorista iconografía hippie, que tras verla reunida en una exposición, tuvo un sueño en el que aparecían todos los Corvettes y al despertarse decidió realizar una enorme obra de arte sobre las carrocerías de la colección completa. Aunque una vez que logró hacerse con los 36 deportivos, nunca llegó a realizar dicha obra, por lo que simplemente la tuvo aparcada a la espera, iniciando sin querer esta historia.
El artículo del New York Magazine llego a las manos de un miembro del foro Digital Corvettes, que decidido a ver la colección en persona, inició su propia búsqueda, llegando incluso a hacerse pasar por propietario de la colección, para que los responsables del garaje le permitieran el acceso y le mostraran la colección.
El relato de lo que encontró y las imágenes del encuentro no pudieron ser más elocuentes, hacinados en el garaje se encontraban los 36 Corvettes, alineados como si de un desguace se tratara, ruedas desinfladas, descapotables abiertos y sobre todo la imagen de uno de los modelos en el que rezaba la leyenda "Nadie quiere estos Corvettes", escrita sobre la gruesa capa de polvo que cubría su enorme luna trasera.
El estado de abandono de los vehículos y la naturaleza propia de la colección, que a pesar de no incluir ninguna edición especial ni versión exclusiva tan común en la vida del Chevrolet Corvette, representaba el linaje completo del modelo desde su nacimiento hasta 1989. Una unidad por cada año (model year) de la vida del Corvette, la colección soñada por cualquier aficionado al motor y no solo estadounidense, pudriéndose en un sótano.
La expectación y controversia que se originó entre los especialistas y aficionados al modelo fue tan grande como instantánea, comenzaron algunas iniciativas privadas por hacerse con los modelos, juntos o por separado, pero siempre sin respuesta por parte de Peter Max.
Cinco años después del artículo del New York Magazine los Corvettes simplemente desaparecieron, como relató Daniel McDermon, redactor del New York Times y que curiosamente vivía en el mismo edificio donde estuvo alojada la colección cerca de una década.
Su desaparición provocó el interés de McDermon, que además de publicar la marcha de los 'Vettes indagó sobre su nuevo paradero, llegando incluso a contactar con Peter Max, que le proporcionó nuevos detalles sobre el proyecto artístico, pero sin revelarle su nueva ubicación.
Pero su nuevo escondite fue descubierto casi al momento, esta vez por un aficionado del foro Digital Corvettes, que de nuevo ponían de manifiesto el estado de los vehículos, que parecían haber sufrido algún tipo de percance durante el traslado. El tiempo que permanecieron en esta ubicación no ha sido definida, pero en algún momento, tras febrero de 2010 los Corvettes volvieron a desaparecer.
Estos últimos cuatro años apenas se ha sabido nada de la colección, el artista propietario continuaba en su intención original de conservarla tal y como la tenía, mientras que la ubicación de su escondite permanecía en secreto, manteniendo ocultos de nuevo los 36 Corvettes a la vista de los curiosos.
Hasta esta misma semana.
Fuente: Jalopnik, New York Magazine, New York Times, Digital Corvettes
Imágenes: Richard Prince Phtography
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