Hasta los radares de tráfico cumplirán con la responsabilidad de cuidar el medio ambiente, funcionando con energía renovable producida por ellos mismos para reducir el consumo de energía eléctrica. Asimismo, no habría que suministrar hasta el radar un punto de luz o se tendría que cambiar las baterías que les otorgan la energía necesaria para su funcionamiento.
Los controladores de velocidad están equipados con sistema de alimentación híbrido formado, por una parte, mediante el empleo de un molinillo de viento -energía eólica- y, por otra, la utilización de la energía solar. Los primeros prototipos se instalaron hace mes y medio en una localidad de Lleida y otra de Tarragona.Tras su éxito se pondrán en funcionamiento definitivamente en el mes de junio, de modo que estarán operativos para formular las correspondientes multas y denuncias. Se añadirán tres unidades más que se distribuirán por diferentes puntos de la geografía catalana, haciendo posible su funcionamiento en lugares en los que antes no era posible.
Importante mejora en la lucha contra la siniestralidad
El sistema de trabajo de los nuevos radares es idéntico a los actuales, la única diferencia entre ambos modelos es su fuente de energía. Según el director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Joan Aregio, los dispositivos podrían dejar de funcionar si durante una semana no hay suficiente viento o sol, a pesar de que cuentan con baterías para conservar la energía. Algo que no es nuevo, ya que los radares tradicionales también pueden fallar si hay un corte del suministro eléctrico.
Aregio aseguró que la DGT no ha solicitado información sobre los nuevos radares, aunque confía en que se acabarán extendiendo como pasó con el radar de tramos "porque todos estamos juntos en la lucha contra la siniestralidad".
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