Cuando una banda sustrae un coche, este puede tener hasta 3 destinos distintos: El primero para realizar robos de otros vehículos o en distintos establecimientos (bien para huir, realizar el método del butrón,...). El segundo destino es el del despiece, retirando todas las piezas del coche que se vendan con facilidad en el mercado negro.
Sin embargo, también está la posibilidad del robo para reventa. Alterando la numeración del chasis, las bandas consiguen venderlos en países del este o del norte de áfrica, pero ¿como consiguen pasarlos frontera tras frontera sin levantar sospechas?
Viaje con destino a la cárcel
Este furgón localizado en una frontera húngara nos da la pista. Para ello, se despieza entero y se introduce parte de las piezas en una furgoneta, mezcladas con piezas rotas de otros coches, para llevarlas a su destino, donde se volvería a montar y se vendería al mejor postor.
De este modo, parece que en la parte posterior de la furgoneta solo se traslada chatarra o repuestos que sirven para reparar otros vehículos del país de destino.
En este caso (por suerte) la aventura les ha salido mal a los cacos, ya que la policía húngara ha detectado que las piezas encontradas en el interior del furgón pertenecen a un BMW X6 sustraído anteriormente en Italia.
La furgoneta había conseguido saltar los controles localizados en las fronteras de Austria y Eslovenia sin levantar sospechas, lo que hace evidente la escasa comprobación de este tipo de delitos en las fronteras.
Pese a la interceptación de la furgoneta, los restos del BMW X6 parece que tendrán un mal final, debido a que en la furgoneta no viajaba el chasis, que probablemente fuese en otra furgoneta, bien antes o después de la localización de esta.
El robo de vehículos produce numerosas molestias y perdidas de miles de euros al año, por lo que creemos que debería actuarse con más contundencia en este tipo de delitos.
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