La conducción segura le corresponde en su totalidad al conductor, aunque los coches de ahora, y sus avanzados sistemas de seguridad, contribuyen en gran manera para salvaguardar la integridad física del conductor y sus ocupantes. Sin embargo, es alarmante el número de accidentes viales que se registran cada año, sobre todo cuando en su mayoría se deben a la imprudencia. Es necesario que todos tomemos conciencia y reflexionemos antes de subirnos al coche; nuestra vida no tiene precio, y se pudiera terminar en un abrir y cerrar de ojos sin darnos cuenta.
Existen diversos aspectos del conductor, por ejemplo, que indican en qué condiciones se encuentran en un momento determinado, y en base a ello, cuanta responsabilidad pudieran tener luego de algún accidente. En primer lugar hablaremos sobre uno de los males más fuertes y que se condena con multas altas o inclusive con la misma cárcel; el alcohol. Se ha comentado en miles de cuñas comerciales, programas educativos, el colegio y las redes sociales, "si bebes no conduzcas". A pesar de ello todavía existen millones de personas alrededor del mundo que insisten en conducir su coche luego de tomarse unos tragos en un bar, una discoteca o una reunión social.
Conducción bajo los efectos del alcohol
Y es que no se trata de cuantas copas o la cantidad de licor que ingerimos antes de conducir, la idea es que, si solemos hacerlo, no debemos conducir porque la ley así lo exige y condena. A pesar de ello, las personas en su mayoría hacer caso omiso y prefieren que el alcohol disfrute sus vidas antes de disfrutarlo a él. Según las cifras, el alcohol está implicado en el 30 y 50% de los accidentes de tránsito, por lo que se convierte de manera inmediata en uno de los principales factores de riesgo en las carreteras.
Entre los fallos o errores más comunes que demuestran que un conductor está bajo los efectos del alcohol podemos mencionar detenerse en el carril sin causa justificada, no respetar las distancias que debe existir entre los vehículos, manejar o conducir en ziczac y dar giros con exceso amplitud, circular por el carril incorrecto o contrario, responder tarde a una señalización, conducir de forma muy irregular e insegura, efectuar adelantamientos antirreglamentarios, señalizar las maniobras de manera incorrecta, no utilizar las luces de cruce cuando se proceda a realizar un cambio de carril o se perciba una falla en el comportamiento del coche, entre otras cosas.
Conducción bajo los efectos de las drogas
Es otra de las causas alarmantes en la actualidad, sobre todo porque sigue aumentando la cifra de accidentes debido a conductores bajo los efectos de sustancias sospechosas. Las drogas deben ser consideradas como un enemigo mortal, de hecho, aunque en algunos países se permiten ciertas sustancias, en la gran mayoría su venta y distribución está totalmente prohibida. Existen diferentes tipos de drogas que tienden a alterar de manera más fuerte el comportamiento del ser humano, y las más conocidas son hachís, la marihuana, la cocaína, las anfetaminas, el éxtasis o la heroína.
Otro detalle muy importante es que las drogas por lo general se clasifican en tres grupos, depresoras, estimulantes y perturbadoras. Estas sustancias tienen efectos característicos negativos en los conductores y está comprobado que hacen peligrosa la conducción; es como comparar a un sujeto en total estado de ebriedad, sus movimientos son torpes, no piensa qué hacer o cómo responder, o no está apto para maniobrar o resolver alguna situación de riesgo en un momento determinado. Muchos de los conductores que han perdido la vida bajo los efectos de las drogas o el alcohol nunca se enteraron de ello.
Entre los síntomas más comunes que se pueden observar en una persona bajo los efectos de las drogas tenemos que tanto la atención como la percepción y el propio tacto quedan alterados o se pierden, se producen alteraciones en el pensamiento, e inclusive se comienzan a ver alucinaciones de objetos o cosas que no existen, el afectado es capaz de escuchar voces, se espantan los reflejos, los movimientos físicos se hacen más lentos, y en muchos casos, dependiendo de la sobredosis, el sujeto pudiera sufrir de un infarto o un accidente cerebro vascular.
Enfermedades incompatibles que hacen imposible una buena conducción
A nivel físico existen diversas enfermedades que dificultan la realización de una conducción segura, de hecho en estos casos entra muy en juego todas las recomendaciones médicas. Afecciones del corazón, problemas respiratorios, y trastornos mentales pueden influir de manera negativa en una conducción seguro. Sin embargo, en este punto es bueno señalar que muchas personas sucumben a sus deseos de conducir por lo que, independientemente de las recomendaciones o tratamientos médicos, terminan tomando el coche y conduciendo, provocando una situación de riesgo preocupante tanto para ellos como para quienes circulan por las vías.
Otro detalle a considerar son los medicamentos que se emplean. Algunos de ellos, por ejemplo, producen soñolencia y otros hasta pueden relajar tanto nuestro cuerpo que pudieran restar nuestros estímulos. En todo caso, la recomendación se basa en tomarse las cosas de manera objetiva, y no provocar situaciones en las que se ponga en riesgo la vida de muchas personas.
Cuidado con el campo de visión
Al conducir el campo de visión se reduce, dependiendo de la velocidad a la cual se transita; es así que a 65 kilómetros por hora el campo se reduce a 70 grados, a 100 kilómetros se reduce a 42 grados y a 130 ya el campo de visión se reduce a 30 grados.
Por lo visto, apartando los sistemas de seguridad que traen los coches, es nuestra responsabilidad cuidar de nosotros y de quienes nos acompañan. Sea objetivo, actue con responsabilidad, solo así lograremos una verdadera conducción segura y hasta disfrutaremos de ella.
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