La competencia entre las grandes marcas y su paso hacia la tecnología ecológica no cesa. En la actualidad se invierten grandes sumas de dinero en la búsqueda de mejores opciones para el diseño y posterior fabricación de los coches eléctricos. Con el paso del tiempo, los vehículos cero contaminantes han comenzado a tomar cierta relevancia en nuestro día a día; el tema de los eléctricos, por ejemplo, dejó de ser esa especie de tabú para tomar gran protagonismo dentro del mundo automotriz. En esa misma línea se desarrollan con mucha fuerza aquellos coches compuestos, o mejor conocidos como híbridos, que no son otra cosa que modelos que tienen consigo un motor a combustión, el cual es el principal responsable del movimiento, y un propulsor eléctrico, que sirve de apoyo al de combustión y que es capaz de impulsar el automóvil cuando se vacía el tanque de combustible.
Aunque al principio se creyó que los coches híbridos serían la competencia directa de los eléctricos a la larga se entendió que se trataba de una especie de abrebocas, la puerta de entrada a una tecnología más avanzada. Hoy en muchos países los concesionarios ofrecen modelos completamente eléctricos y coches con tecnología híbrida; el consumidor es capaz de elegir cuál se adapta mejor a sus necesidades, inclusive, hasta las grandes marcas ofrecen estos modelos para que se realicen pruebas comparativas. Es un hecho, la tecnología avanzó y nosotros somos los principales beneficiados de todos sus logros.
Los coches solares, otro segmento interesante
En esa misma línea no podemos olvidar otra serie de coches que también pertenecen al segmento de los no contaminantes, en este caso, nos referimos a los coches con tecnología solar. Los coches solares utilizan celdas especiales que se alimentan de la luz solar. A través de estas celdas se atrapa la luz del sol y se convierte en energía eléctrica que se deposita directamente en una o varias baterías. Esta energía hace posible que funcione un motor eléctrico y este transmite la fuerza necesaria para mover el coche.
Si lo vemos desde cierta óptica podríamos pensar que ésta es la mejor manera de recargar y hacer mover un coche eléctrico, sin embargo, que sucede cuando la luz del sol no es tan fuerte, cuánto tardará una batería en recargarse y que cantidad de kilómetros podrá recorrer un coche que dependa de esta tecnología. Son grandes interrogantes que debemos responder desde un punto de vista técnico y mecánico antes de embarcarnos en la aventura de comprar un vehículo solar.
La World Solar Challenger
Cuando hablamos de los coches solares debemos referirnos al World Solar Challenger, una carrera de coches que se celebra anualmente desde 1987 en Australia. El común denominador de esta carrera es que solo pueden participar coches solares, por ende, es lógico pensar que los principales inscritos son universidades de todo el mundo, y empresas que se dedican al desarrollo de la electricidad a base de la energía solar. Es digno destacar que cada año se presentan modelos totalmente evolucionados, con un alto despliegue tecnológico. El objetivo principal del evento es demostrar cuán avanzado está el sector automotriz en ese sentido, y desde luego, promocionar la venta de los coches solares.
Desde el principio los coches solares encontraron una serie de inconvenientes que generaron muchas dudas respecto a su fabricación y posterior venta. En principio, las celdas solares no eran lo suficientemente avanzadas como para recabar y generar la suficiente energía para movilizar un coche entre 100 y 120 kilómetros por hora. Las celdas fotovoltaicas no cumplían a cabalidad con los requerimientos mínimos y por ello solo aprovecharon una pequeña porción de la luz solar para convertirla en electricidad. Fue un comienzo bastante duro pero felizmente con el pasar de los años se fue mejorando cada detalle hasta que las compañías transmitieron la confianza necesaria a los consumidores.
El modelo Stella
El Stella se dio a conocer en el año 2014, y su aspecto y avances fueron totalmente revolucionarios. Antes del Stella existieron coches que solo eran capaces de transportar a una persona; no tenían la suficiente potencia y por ende no podían no con el peso de los motores, ni con la carrocería y mucho menos con el peso de las personas. En el caso del Stella fue un coche con una forma un tanto extraña, de hecho, algunos decían que parecía un renacuajo. Este vehículo solo pesaba unos 380 kilogramos, y su chasis, partes y piezas se construyeron a base de fibra de carbono y aluminio. Los paneles solares de este coche estaban instalados en el techo.
El prototipo Stella fue el pionero de lo que se vino tiempo después. Hoy algunas de las marcas reconocidas son capaces de fabricar motores cuya autonomía puede alcanzar los 600 kilómetros de recorrido y además son capaces de transportas por lo menos a 4 personas en su habitáculo. Así como el Stella, hoy existen coches solares que no consumen toda la energía que recaban en sus paneles solares, de esta manera son capaces de circular por las noches sin ningún inconveniente.
Adelantos de nuestros días
Hoy hay muchos modelos solares que se cotizan muy bien en el mercado, un ejemplo de ello es el Toyota Prius 2017 cuyo panel solar se ubica en el techo. De la misma manera, actualmente se construyen lugares para recargar las baterías de los coches eléctricos y estás se alimentan de la energía solar; de tal manera que es un hecho, los coches solares hoy ocupan un espacio significativo en la vida cotidiana y se pusieron a la par de los híbridos y eléctricos. Queda de parte de nosotros elegir el modelo que más nos convenga, ya sea por necesidades de zona, o por nuestro propio gusto.
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