Todos deseamos en algún momento comprar un automóvil de última generación. En la actualidad, todas las marcas trabajan en pro de conseguir los mejores avances tecnológicos y unirse a los muchos que ya cuentan con gran parte del camino recorrido en lo que respecta al futuro. Precisamente en el futuro lo que se busca es que a todos se nos haga la vida más fácil, por lo que las grandes firmas automotrices están enfocadas en diseñar y en aplicar todos sus conocimientos para desarrollar los mejores sistemas que controlen el funcionamiento de los coches. Incluso, la conducción normal, es decir, la conocida hasta ahora, que trata simplemente que una persona conduzca su propio vehículo, se ve amenazada por el sistema de conducción autónoma, otra manera de facilitarnos el vivir cotidiano.
Los llamados "motores ecológicos", que son propulsados por energía eléctrica también entran en estos avances. Y es que, se quiera o no, el planeta necesita con urgencia que actuemos para disminuir los niveles de contaminación que amenazan con destruir nuestra querida tierra. Pero indiferentemente de que los nuevos coches sean impulsados a gasolina, diésel o eléctricos, todos deben cumplir con un requisito único, obligatorio y universal. La seguridad.
Todos los automóviles antes de salir a la venta deben cumplir con los requerimientos mínimos de seguridad, de lo contrario, será tiempo, esfuerzo y dinero perdido. Existen muchos procesos a los que son sometidos los coches antes de llegar a un concesionario; ningún detalle, por más pequeño que sea, puede pasar desapercibido cuando se trata de la seguridad de los conductores. Es por ello que, las muchas pruebas juegan un papel de vital importancia en todos los vehículos, aunque su uso sea para la competición, para el trabajo o para el vivir cotidiano.
Es un hecho, el alto índice de los accidentes de tránsito obliga a todos los grandes de la industria automotriz a continuar mejorando sus métodos para la seguridad vial. Pero lo más importante es que también nosotros, los compradores y posteriores usuarios de vehículos, exigimos sentirnos seguros dentro de ellos. Son millones de dólares y euros los que se gastan anualmente en pro de la seguridad. La industria del motor cuenta con expertos y profesionales en el área, entre los que se cuentan médicos y oficiales de tránsito, quienes valoran la importancia que tiene cada accidente.
En el mundo automotriz se llevan años realizando distintas pruebas de impacto para estudiar cómo proteger a los conductores y ocupantes de los vehículos. Algunos realizan diversos test de manera virtual, algo que no suele ser tan efectivo, pero que transmite cierta data que ayuda a tener ideas de la magnitud de los golpes. Pero también se realizan pruebas en vivo, en laboratorios especiales para tal fin. Estas pruebas de impacto se llaman "Crash Test".
Pruebas de impacto o Crash Test
Hay que definir los Crash Test como simulaciones de accidentes que se realizan a puerta cerrada. Los resultados que arrojan estos simulacros transmiten los efectos que se producen en las colisiones, pero sobre todo, el comportamiento de la carrocería y su grado de disformidad. Con esto se tiene alguna idea de las lesiones que pudieran tener los ocupantes al momento de cualquier impacto. Los protagonistas principales de estas pruebas son los llamados "Dummy" o maniquíes antropomórficos, quienes hacen de conductores y ocupantes en un momento determinado.
Para poder homologar un vehículo y que posteriormente salga a la venta, es necesario que cumpla con todas las exigencias de seguridad, y sobre todo, que reciban el visto bueno de la Euro NCAP, especialistas a nivel mundial sobre este tema. Los diferentes tipos de pruebas a los que son sometidos los coches se dividen en varias facetas como por ejemplo, impacto frontal, impacto lateral, impacto trasero e impacto con sillitas.
Algunas pruebas de impacto
Las pruebas de impacto frontal son realizadas debido a que las mismas estadísticas indican que la mayoría de los accidentes son frontales. La mitad de estos accidentes presentan una cobertura frontal entre un 30 y 50%. Se les da mucha importancia, siendo las más habituales. Siguiendo con las estadísticas, las pruebas de impacto lateral se realizan porque el 25% de los accidentes ocurren de esa manera. Son muy exhaustivas, ya que lograr un alto nivel de protección en estas zonas del vehículo es más complicado.
Cuando hablamos sobre las pruebas de sillitas, nos referimos a las sillas infantiles. Estas se realizan con un simulador provisto con un tren de choque al que se le sujeta la sillita y su pasajero es un maniquí o Dummy con características y tamaño infantil.
Los resultados que generan estas pruebas sirven para saber qué tan a salvo se pueden encontrar los ocupantes de dichos vehículos, sus lesiones y, además, que tan preparada, flexible o rígida es una carrocería, y si luego de algún impacto tiene o no reparación, o es considerada como una pérdida total.
La Euro NCAP es muy exigente con las compañías automotrices ya que, de los materiales con las que esté construida la carrocería y su capacidad de absorción de impactos, dependerán millones de vida sobre el planeta. Y todavía queda mucho trabajo por delante. Los Crash Test se mantendrán con el paso de los años, brindando seguridad y aprobando los nuevos modelos que están por venir, siempre que se mantengan dentro del margen seguro.
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