Para la gran mayoría de nosotros, cuando escuchamos alguna noticia relacionada con algún coche deportivo, clásico e histórico inmediatamente despierta nuestro interés, es por ello que de seguro la breve historia que les comentaremos a continuación les parecerá fascinante, tomando en cuenta el hecho de que los modelos clásicos actualmente vienen tomando un especial protagonismo en el mundo automotriz, y más aún si nos referimos a firmas tan reconocidas como lo es Porsche.
El modelo especial en cuestión es un Porsche 356, el cual estuvo en producción a partir del año 1948 hasta mediados de 1965. Este vehículo tuvo una muy buena aceptación por parte de los fanáticos de la marca, pilotos profesionales y aficionados a las competiciones, de hecho, desde su lanzamiento se convirtió en el modelo más popular de Porsche para la época.
El Porsche 356 es considerado como el primer vehículo de serie de la marca. Fue diseñado por Ferdinand "Ferry" Porsche, hijo de Ferdinand Porsche, fundador de la empresa, quien tenía como propósito crear un deportivo biplaza que estuviese inspirado en el Volkswagen que muchos años atrás había fabricado su padre, y que era considerado como el coche para las masas; luego de años de investigación e intentos fallidos, el proyecto numero 356 rindió sus frutos. En 1947 el coche contaba con un chasis tubular y motor central, y al año siguiente este prototipo fue completado pasando ahora a contar con un diseño completamente nuevo en el que el motor estaría ubicado en la parte trasera del monocasco.
Muchos de los componentes de este coche estaban inspirados o relacionados con el Volkswagen escarabajo, ejemplo claro de ello podía ser apreciado en el motor que equipaba, un 4 cilindros refrigerado por aire, además de algunos componentes de la suspensión. Conforme fueron pasando los años este coche fue evolucionando y tal proceso evolutivo lo fue alejando cada vez mas de las semejanzas que compartía con el Volkswagen, que ya para mediados de los años 50 se convertiría en uno de los autos deportivos más populares disponible en presentaciones convertible, coupé, y roadster, todos en configuración de dos puertas.
Cuba una carrera por excelencia
Participó en importantes competiciones en diferentes partes del mundo, logrando obtener en muchas de ellas clasificaciones de gran envergadura, como por ejemplo el Gran Premio de Cuba del año 1957, competencia que se llevaba a cabo en las calles del malecón de la isla. Es importante destacar que en la década de los 50 en la isla se realizaban carreras en sus calles, y estas competencias atraían a personalidades importantes del mundo del automovilismo, tales como Juan Manuel Fangio, quien obtuvo la victoria de este primer Gran Premio a bordo de un Maserati 300s.
El secuestro de Juan Manuel Fangio
El atractivo cubano seguía creciendo gracias a estas carreras, a sus casinos y a lo paradisiaca que le parecía la isla a los turistas. El Gran Premio de Cuba contaba con un nivel de popularidad tal que el resto del mundo fijaba su atención en lo que allí ocurría, esta atención fue aprovechada por los revolucionarios comandados Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, quienes secuestraron cinco veces campeón mundial, Juan Manuel Fangio, con la idea de dar a conocer al resto del mundo sus intención de derrocar al gobierno de Baptista.
Una carrera accidentada
El piloto estuvo secuestrado por aproximadamente 30 horas, y aunque la carrera se llevo a cabo se presentaron ciertos inconvenientes, algunos de ellos con un resultado trágico, siendo el más lamentable la muerte de 7 espectadores y un gran número de heridos luego de que el piloto local Armando García Cifuentes perdiera el control de su coche y se estrellara con un grupo de espectadores.
Se terminaron las competencias en Cuba
Luego de este importante suceso político, al año siguiente la revolución cubana logró su cometido derrocando al gobierno de Baptista e imponiendo un régimen de tipo comunista, tales eventos políticos no permitieron la realización del Gran Premio de Cuba ese año. En 1960 se llevaron a cabo las competencias, aunque en un localidad diferente, esta vez se realizó en la pista aérea de Ciudad Libertad, una instalación ubicada dentro de la Habana, esto con el fin de garantizar la seguridad de los espectadores tomando en cuenta los terribles acontecimientos ocurridos en la carrera del año 1958. Una nueva tragedia enlutó el desarrollo de la competencia luego de que el piloto Ettore Chimeri perdiera la vida luego de estrellar su coche contra las barreras. Estas carreras comenzaron a ser mal vistas por parte del nuevo régimen dado su muy marcado carácter capitalista, por ello sus organizadores, incluyendo a los pilotos y a las casas fabricantes de coches, decidieron en 1962 no volver a celebrarla.
Luego del triunfo de la revolución muchas empresas y bienes privados fueron expropiados o nacionalizados, lo que obligó a la gran mayoría de los organizadores y participantes de las carreras a sacar del país sus coches y la mayor cantidad de bienes que pudiesen. Algunos no tuvieron tiempo de hacerlo por lo que muchos de sus bienes quedaron bloqueados en la isla, esto incluye alrededor de 30 Porsche 356 que habían ingresado a la isla a mediados de 1959.
Se quedaron atrapados en la isla
La gran mayoría de estos 356 fueron a parar a manos del estado, de hecho, algunos fueron utilizados como taxis y con el pasar de los años fueron abandonados a su suerte, unos a la interperie, aunque otros fueron recuperadas por algunos de los locales, quienes haciendo uso de sus conocimientos y habilidades, lograron devolverlos a las calles utilizando en su mayoría componentes de Volkswagen. Sin embargo, existen otros coches que no corrieron con tanta suerte y las malas modificaciones saltan a la vista.
Luchan contra el tiempo
Es muy difícil descifrar en su totalidad cual ha sido el paradero de estos Porsche 356, lo que sí es cierto es que son unas verdaderas joyas del automovilismo y sus propietarios actuales lo saben, razón por la cual han luchado por mantener operativos estos vehículos pese a la falta de repuestos en la isla, haciendo frente al tiempo que pareciera haberse detenido.
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