Durante muchas décadas, la maniobra de aparcamiento resultaba ser una pesadilla para muchas personas en las que el mayor miedo radicaba en darle un toque al coche o producirle un rayón o abolladura así como también ocasionárselo al vehículo aparcado al lado del mismo, a esto también se le une la edad de la persona que conduce. Hoy día hay una gran cantidad de personas mayores detrás del volante que antes, por lo que los riesgos también aumentan con los años. Para nadie es un secreto que la movilidad del ser humano se va reduciendo con el pasar de los años, así como también se reduce la visión periférica, por eso, cosas que antes hacíamos sin ningún problema cuando teníamos entre 20 y 30 años como girar la cabeza para mirar atrás, cuando llegamos a los 60 años en adelante se nos van haciendo cada vez más dificultosas. Por lo que, para una persona mayor no es fácil estacionar un auto. Antaño existían algunas ayudas pasivas que servían de orientación a la hora de aparcar un vehículo. Por ejemplo, durante los años 60 era muy común que autos como el Cadillac y los Mercedes-Benz vinieran con las famosas aletas en la parte final del coche que servían como punto de orientación durante el aparcamiento, luego se lanzó el Mercedes-Benz S-Clase S que tenia dos antenas expandibles hacia ambos lados del maletero que se desplazaban durante la marcha atrás del coche.
Surgen los sistemas activos de aparcamiento
A medida que los dispositivos electrónicos se fueron agregando en los vehículos y con ello la tecnología de punta fue invadiendo los mismos fueron inventados los sensores de aparcamiento. Estos son sistemas electrónicos que ayudan al conductor a realizar maniobras de estacionamiento asistiéndole en los espacios más ajustados o reducidos para así evitar que el vehículo sea abollado o rayado con el otro de su alrededor. Estos sensores disponen de tecnología de ultrasonido los cuales detectan la distancia restante entre el vehículo involucrado y los de su alrededor y su fin es emitir un alerta ya sea óptica o acústica con el propósito de que el conductor esté consiente y evite colisionar. Estos sensores se encuentran ubicados en los paragolpes traseros como preferencia, aunque ya muchos vehículos de la actualidad los incorporan en los paragolpes delanteros. Es importante señalar que los mismos también pueden ser instalados en coches de antigua generación, por lo que esta tecnología no se limita a los coches de última generación.
Funcionamiento
El funcionamiento del sensor de aparcamiento es muy sencillo y nos centraremos en los de primera generación, aquellos que se activan solo al momento de aparcar. Como dijimos con anterioridad este sistema se muestra en dos avisos, el acústico y el óptico. En cuanto al acústico, este genera avisos de sonido para que el conductor interprete la distancia de los objetos alrededor de acuerdo a la frecuencia del mismo. Es decir, a medida que el auto se acerca a un objeto el pitido se irá poniendo más insistente hasta llegar al continuo alertando que ya debe detenerse o chocará. En cuanto al óptico, este se vale de una regleta compuesta de luces LED o por gráficos en la pantalla en aquellos coches con dicha tecnología que se va encendiendo a medida que el auto se acerca a un objeto hasta que se ilumina por completo al correr el riesgo de colisión. En este ámbito existen tres tipos de sensores: los electromagnéticos, los de ultrasonido y los de radar.
Sensores electromagnéticos
Este tipo de sensor se instala en el interior del paragolpes y consiste en una tira metálica que abarca todo el paragolpes. El mismo presenta una gran precisión pues no cuenta con puntos ciegos, por lo que detecta prácticamente cualquier obstáculo. Trabaja con ondas electromagnéticas que detectan los elementos del exterior gracias a las alteraciones del campo magnético que estos producen al ser chocados por dichas ondas. Aunque el mismo cuenta con la ventaja de detectar y avisar de otros objetos que se encuentran por detrás de vehículo cuando este está en movimiento a velocidades superiores. Su mayor desventaja radica en que elementos como la lluvia interfieren y puede producir lecturas erróneas.
Sensores de ultrasonido
Se instalan en los paragolpes y son fácilmente reconocibles por su aspecto circular con un marco de igual forma, estos emiten ondas ultrasónicas que no son percibidas por el oído humano y gracias a los ecos que estas producen cuando estas rebotan en los objetos, el receptor calcula la distancia en centímetros entre el vehículo y los mismos, su precisión radica en la cantidad de sensores instalados que deben ser un mínimo de cuatro y mientras más tenga, menos puntos ciegos tendrá. Como hay que perforar el paragolpes, este sistema se ofrece de manera opcional a solicitud del cliente o en la post-venta del coche.
Sensores de radar
Su funcionamiento es muy parecido al del ultrasonido y consiste en el envío de ondas electromagnéticas hacia los objetos para que reboten, esto le permite tener un rango de funcionamiento superior ya que mientras detecta objetos a corta distancia, también puede detectar otros a una distancia mayor, algo similar al sistema usado en los radares convencionales. No cabe duda que los sensores de aparcamiento son unos grandes aliados a la hora de aparcar el auto, pero la tecnología avanza y ahora los hay combinados con otras funciones que los automatizan. Esto lo trataremos en un artículo futuro.
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