Según comunica la revista británica Evo, Lotus Cars se ha visto obligada a paralizar el proceso de investigación y desarrollo de todos sus proyectos de futuro de forma inmediata y sin conocer por cuánto tiempo.
Esta situación de crisis se debe a que Lotus Cars depende de Proton, fabricante automovilístico en propiedad parcialmente del gobierno de Malasia, el cual parece que está intentando desprenderse de gran parte de las acciones. El actual presidente, Dany Bahar, se ha mostrado sorprendido ante esta situación y dice que espera tener una solución definitiva antes de que termine marzo. La inestabilidad empresarial ha llevado a que la empresa dirigida por el recién renovado Bahar y su intención de presentar un nuevo modelo por año hasta 2017 se vea truncada.
Los nuevos modelos, estancados.
Este estancamiento de los desarrollos de nuevos vehículos no afecta a la producción actual, es decir, que en principio han quedado en suspensión los modelos que aún no estaban en fabricación, es decir, que tanto el Elise, Exige como el Evora no corren peligro, son el Esprit, Ethos, Elan, Elite, Eterne y la siguiente generación del Elise prevista para 2015 las que sí están en un limbo técnico.
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