Los coches que se mantienen al día nunca dan problemas, salvo que se produzcan algunos imprevistos en la vía. No importa que tan nuevos o antiguos sean nuestros vehículos, todos, sin excepción, deben estar en óptimas condiciones para poder circular, y llevarnos a nuestro destino con seguridad. Es cierto, lo primordial que debe generarnos un coche es confianza, por ello, la seguridad es imprescindible. En ese sentido, nuestro motor y cada uno de sus componentes deben funcionar como reloj suizo, a la perfección y sin fallas, y créalo, esto es posible hasta con propulsores que datan de los años 80; la clave es muy sencilla, se llama "mantenimiento preventivo".
El mantenimiento preventivo se usa a nivel universal, y es la única alternativa para que todo nuestro sistema se mantenga al día. Pero cuando se trata de nuestra seguridad, y la de los nuestros, nunca debemos escatimar en gastos. Desde luego, lo primero que se viene a nuestra mente es el sistema de frenos. Como conductores debemos cerciorarnos de que no existan fallas en el sistema de frenos de nuestro coche. En nuestro día a día se nos presentan muchas situaciones que ameritan frenar de emergencia, cualquier mínimo fallo, pudiera generar un gran problema que resulte hasta en lesiones para los transeúntes y nosotros mismos.
Pero ¿cuál es la manera más segura o más efectiva de realizar el mantenimiento de nuestros frenos? en el fondo es muy sencillo. Cada cierto tiempo es necesario que le demos un chequeo exhaustivo a todo nuestro sistema de frenos. El tiempo para realizarlo dependerá de cada conductor, sin embargo, los especialistas en la materia recomiendan que cada 20.000 kilómetros se realice un mantenimiento, o como mínimo, una vez al año. Cuando hablamos de mantenimiento nos referimos al sistema completo, desde la bomba, el sistema por donde circulan los fluidos, hasta las mismas pastillas.
Rectificación de discos y tambores
A veces, si tenemos tiempo y los conocimientos mínimos, nosotros mismos podemos realizar el mantenimiento preventivo de nuestros frenos. Sin embargo, lo más sano es llevar nuestro coche al mecánico de confianza y que sea él quien realice el trabajo y posteriormente lo garantice. El primer paso a tomar en cuenta cuando realicemos el mantenimiento es la revisión de los discos o tambores. Debemos cerciorarnos de que la superficie de ambos esté adecuada para que la frenada se realice de manera más efectiva y libre de ruidos. Para esto podemos rectificar los discos o los tambores. Este rectificado se debe hacer hasta alcanzar máximo el 10% del espesor.
Desarmar y limpiar los frenos delanteros y traseros
Si somos nosotros quienes realizamos el desarmado, debemos ser cuidadosos, y sumamente meticulosos con cada pieza, tornillo o tuerca. Cuando terminemos con el desarmado es importante limpiar la superficie para eliminar cualquier sucio o impureza que esté presente, y esto lo logramos mediante una inspección profunda. Para la limpieza de los frenos, podemos utilizar una aspiradora o una brocha húmeda con agua y jabón. No se recomienda el uso de sustancias derivadas del petróleo ya que pueden afectar negativamente la vida del caucho o neumático. Antes de montar las piezas y armar debemos revisar, y si es posible sustituir, todos esos elementos que siempre sufren desgaste y son los causantes de ruidos molestos cuando se aplican los frenos, como por ejemplo, resortes y anti ruidos, que siempre resultan afectados por la vibración y la fricción.
Lubrique piezas y cambie pastillas y bandas
Lubrique los puntos de apoyo y todas las partes mecánicas móviles, con esto se logra un mejor funcionamiento de los frenos y evitamos que se desgasten rápidamente. Siempre sustituya las pastillas de los frenos y las bandas. Muchas personas intentan ahorrar dinero y llegan a la conclusión de que ambas piezas se encuentran en buen estado solo con verlas. Hay que recordar que éstas son piezas de fricción y sufren desgaste, por ello, al cambiarlas debemos sustituir todas, para asegurar una frenada uniforme y que nuestro coche no tienda a irse a los lados.
Revisión de tuberías y cambio de liga de frenos
Se deben revisar todas las tuberías por donde pasa la llamada liga de frenos. Esta revisión debe hacerse desde la bomba de frenos hasta cada cilindro en donde desemboca, por así decirlo. A veces, por el tiempo, la tubería suele desgastarse o podrirse, causando algunos agujeros. Por allí se escapan los fluidos, y si nuestro coche se queda sin liga perdemos los frenos y ocurre el desastre. La liga de frenos también se debe sustituir, y luego hay que calibrar los frenos.
Freno de mano
Otro detalle que debemos tener en cuenta. El freno de mano debe detener por completo el vehículo cuando se aplique; si notamos que el coche se mueve con el freno de mano aplicado seguramente es un síntoma de que se debe graduar o sustituir su guaya. El freno de mano, conocido en algunos lugares como el freno de estacionamiento es un ayudante para el conductor, sobre todo para quienes se inician en el manejo de coches sincrónicos o manuales y se enfrentan a subidas o pendientes de consideración.
No olvide probar sus frenos a fondo cuando les realice el mantenimiento. Cualquier fallo o extraño que sienta cuando conduzca hágaselo saber inmediatamente a su mecánico de confianza. Por último, verifique que sus luces de freno o stops funcionen correctamente. Nuestra vida mientras conducimos depende principalmente de los frenos. Manténgalos al día, evite inconvenientes o sustos innecesarios.
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