Hay tantos detalles que componen la parte interna de un coche o un automóvil que no se notan a simple vista, pero que juegan un papel de vital importancia en el funcionamiento correcto de nuestros vehículos. El motor, por ejemplo, es prácticamente un mundo lleno de muchos sensores y piezas que hacen posible su movilidad. Hay, por así decirlo, un sinfín de partes y componentes mecánicos dentro de un coche, pero generalmente nosotros como usuarios nos limitamos a entrar al habitáculo, pasar el switch, encender el coche y darle movimiento. La vida de nuestros propulsores depende en sí del mantenimiento preventivo y correctivo que realizamos constantemente, pero también es importante entender el porqué de ciertas cosas, o el funcionamiento de algunos sistemas para evitar que se descompongan y sustituirlos a tiempo.
Entendiendo la función del sistema
Un sistema que verdaderamente aporta mucho a la vida de nuestros motores es el sistema de escape. Llamados por muchos simplemente el "Tubo de Escape", este novedoso sistema es prácticamente el respiradero más importante que tienen todos los motores. El escape es una especie de ducto que sirve para expulsar los gases del motor hacia el medio ambiente, esto se logra gracias al trabajo que realiza la válvula de escape al silenciador y de este al mofle. Este tubo generalmente se ubica por debajo de los coches, aunque hay algunas excepciones, como los escapes de los camiones, que algunos se sitúan por fuera y de manera visible, así como también los escapes que utilizan las motocicletas.
Debemos destacar que el conocido tubo de escape también cumple la función de silenciar el sonido del motor. Pero talvez usted se pregunte el porqué en determinadas ocasiones algunos vehículos de uso común producen tanto ruido. Esto puede ocurrir por dos razones fundamentales; una de ellas, que hay uno o varios agujeros a lo largo del tubo, y generalmente esto ocurre cuando el tubo se pudre, pierde sus fortalezas y comienza a agrietarse. En este sentido será necesario que lleve su coche a una revisión, en la cual se determinará si son agujeros los causantes de tal ruido o por el contrario, el mismo bajante se descompuso o, por las vibraciones del motor, se aflojó. El segundo caso se puede deber a nosotros mismos, y a nuestras ganas de escuchar como ruge nuestro motor. En este caso, al sistema de escapes se le instala un resonador que se encarga de emitir los sonidos generados por el motor con más fuerza, pero además, puede generar alguna ganancia en lo que respecta a los caballos de poder.
Elementos del sistema de escape
El sistema de escape está compuesto por varios elementos que hacen posible que nuestra unidad de potencia respire de forma más efectiva. Podemos mencionar en primera instancia al colector del escape; este dispositivo es el encargado de recoger esos gases quemados que provienen del efecto de la combustión. Como lo haría un buen guía, el colector dirige estos gases desde el propio bloque del motor hacia el exterior del vehículo. Hay que saber que el colector se compone de tubos, y estos deben permanecer de manera óptima. Cualquier desajuste o mínima fisura podría generar que los gases del motor se colaran hacia el interior del coche, provocando molestias a los ocupantes y contaminación en el habitáculo.
Como su mismo nombre lo dice, el silenciador es la pieza que se encargará de reducir al mínimo los molestos ruidos que se generan por la salida de los gases. Este elemento debe ser reemplazado cada cierta cantidad de tiempo ya que tiene a oxidarse; esto ocurre con más frecuencia cuando el trayecto que recorremos a diario es relativamente corto. El silenciador no alcanza la temperatura más óptima y se llena de agua. La señal más común que nos indica que debe ser cambiado es cuando notamos que el tubo de escape expulsa agua.
El medidor de contaminación es el catalizador. Es importante saber que en él se transforman las sustancias o gases tóxicos en elementos no tóxicos. Se aloja muy cerca del motor, y por ende, funciona a alta temperatura.
En el sistema de escape también nos encontraremos con la llamada sonda lambda. En ella se medirán los niveles de oxígeno presentes en los gases del tubo de escape. Estos datos los recibe la computadora del coche y en ella se procede a gestionar la inyección del combustible al motor para que la mezcla con el aire sea la más eficiente.
En los camiones, autobuses, furgonetas o cualquier otro vehículo propulsado por diésel siempre es común observar más cantidad de humo salir por el escape. Esto se debe al filtro de partículas. Si este filtro se encuentra en buen estado, las partículas contaminantes de los motores diésel serán eliminadas, pero por el contrario, notaremos una expulsión exagerada de humo contaminante, generalmente muy negro, y con un nivel muy grande de contaminación. Cabe destacar que en muchos países de Europa esto es penalizado con multas y hasta con cárcel.
Pendientes con los detalles
Es por ello que todos debemos estar al día con el sistema de escape de nuestro coche. Cualquier anomalía podría generar un aumento en los niveles de contaminación de nuestro vehículo y hasta ocasionar el desprendimiento de cualquier pieza que ponga en riesgo nuestra integridad física y la de otros conductores. Si usted siente algunas vibraciones en el escape, revise las gomas a las que está sujeto. Si recientemente escucha sonidos más graves en el escape, asegúrese de que no existan fisuras; si su vehículo pierde potencia, cheque el catalizador, probablemente este tapado y haya que sustituirlo por uno nuevo.
Nunca estará demás entender el funcionamiento de aquellos sistemas que, aunque no se aprecian a simple vista, son de vital importancia para la vida y el normal desenvolvimiento de nuestro coche. Así nos aseguramos de alargar la vida de nuestro motor y además, evitamos pasar malos ratos al quedarnos accidentados en la vía.
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