El mercado de la automoción se ha ido recuperando poco a poco después de la caída de las ventas de los modelos por la pandemia. Dicho de otra manera, ahora se ha recuperado el ritmo de producción y el interés de los usuarios por un nuevo modelo de vehículo que contamine menos, pero son muchas las marcas que han tenido que cambiar sus estrategias. Ahora, viendo como el mundo geopolítico europeo ha cambiado, se ha visto como algunas firmas han cambiado por completo sus necesidades. Tanto es así, que han llegado a apuntar que es el momento de cerrar sus plantas por los elevados impuestos que tienen que hacer frente para poder vender sus modelos en el resto del planeta.
Actualmente, han sido las marcas del grupo Stellantis, Ford y la Asociación de Fabricantes Europeos que han unido sus voces para pedir una extensión de la situación actual de normas de comercio con Reino Unido y la Unión Europea hasta el 2027, para que no se les aplique unos importantes aranceles. En ese sentido, obligan que el 45% de las partes de un coche eléctrico vengan del propio Reino Unido o bien de la Unión Europea para no tener que pagar unos aranceles de más de un 10%.En ese sentido, se está viendo como no hay plantas de producción de baterías en Reino Unido, únicamente está la de Nissan que ahora va a ampliar su segunda planta que tendrán con unas capacidades de producción muy limitadas. Por ello, en Stellantis han apuntado que están valorando cerrar sus plantas si no se renegocia su acuerdo europeo que actualmente da trabajo a más de 5.000 personas.
La versión de Ford
El fabricante no ha dudado en unirse al resto de marcas y aseguran que solicitan que "los actuales requisitos comerciales se amplíen hasta 2027, para dar tiempo a que la cadena de suministro de baterías se desarrolle en Europa y satisfaga la demanda de eléctricos los aranceles afectarán tanto a los fabricantes del Reino Unido como a los de la UE, por lo que es vital que las partes se sienten a la mesa para acordar una solución".
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