En el mundo del automovilismo mundial existen muchas historias que marcaron un antes y un después que influyeron directamente en cómo se desarrollaron los hechos. La Fórmula 1, por ejemplo, es uno de los mayores ejemplos, sobre todo cuando nos ponemos a pensar en los tantos pilotos que lograron alcanzar la gloria al vencer en competencias trascendentales. Sin embargo, y aunque no lo parezca, también debemos dar crédito a los muchos coches que con su potencia y tecnología hicieron posible tantos éxitos conseguidos, como es el caso del modelo del que hablaremos a continuación.
Este coche marco un antes y un después en el mundo del automovilismo, aunque vale aclarar que su importancia no se basa precisamente en sus éxitos en la pista, sino por los hitos alcanzados individualmente a nivel histórico, sobre todo porque fue prácticamente el primer monoplazada en tener un patrocinante que nada tenía que ver con el mundo del automovilismo. La historia de este coche comenzó a principios del año 1958, justo cuando el propietario de una reconocida fabrica de helados conocida con el nombre de "Helados El Dorado" se le ocurrió la idea de patrocinar un vehículo de carreras en el cual luciera el logo de su empresa.
Como todo en el mundo de las competencias, lograr el acceso no fue nada fácil, hasta que finalmente Gino Zanetti logró contactar a Maserati, quien estaba retirado de las competiciones para dedicarse exclusivamente a la fabricación y preparación de coches para competencias; fue así como este fabricante logró realizar un monoplaza para competir en una de las más importantes competencias en el circuito de Monza, el "Trofeo dei due Mondi", o la carrera de los dos mundos, una carrera ya que reunía a los coches y pilotos europeos y estadounidenses más importantes, lo que para Zanetti fue una oportunidad perfecta para dar a conocer su empresa a nivel mundial.
Presentado en 1958
El diseño y posterior fabricación del coche comenzó, hasta que en junio de 1958 fue presentado ante el público, luciendo una atractiva carrocería totalmente pintada de color blanco nata, con algunos pequeños detalles en color rojo, y completamente lleno de publicidad que en este caso hacía alusión a los productos de la empresa dedicada a la fabricación de helados. En lo que respecta a la publicidad de la compañía como tal, esta se mostró a lo largo de su gran silueta; en un lado estaba ubicado el logo de la empresa, y por el otro el nombre del piloto Stirling Moss, quien se encargó de pilotar el vehículo en dicha carrera, otorgándole de cierta manera más peso al producto que se comercializaba. Es digno de mención que Moss fue uno de los campeones más reconocidos en el mundo del automovilismo, y para el momento era el piloto oficial de Maserati.
Solo hubo uno
El 420M 58 fue el monoplaza construido para Zanetti, y cabe destacar que solo se construyó uno solo. Este coche fue bautizado internamente en Maserati como el modelo tipo 4, y además se diseñó. Otro detalle importante es que estaba exclusivamente para los circuitos de Monza e Indianápolis, de hecho compartió ciertas similitudes con el Maserati 250F, como por ejemplo la nariz del coche, y en cierta forma también el chasis tridimensional tubular fabricado en aluminio con el fin de reducir el peso, y mejorar su aerodinámica. A este coche se le agregó una aleta estabilizadora en su parte trasera. El diseño y fabricación de este coche estuvo a cargo de Giulio Alfieri, mientras que Medardo Fantuzzi se encargó de todo lo estético, mejorando de manera drástica toda su aerodinámica.
El motor del coche
En cuanto al sistema de propulsión que equipaba este coche, se dice que era un propulsor V8 de 4.1 centímetros cúbicos, y que generaba una potencia de hasta 410 caballos de fuerza. La caja del coche solo contó con dos velocidades, y se dice esta ubicación lograba una distribución de pesos más adecuada. Según los ingenieros de la firma, este vehículo estaba preparado para afrontar las curvas pronunciadas del autódromo italiano.
La competencia
La famosa competencia de Monza se dividió a tres mangas; en la primera manga Moss llegó en 4to lugar, en la segunda manga terminó en 5to lugar, y en la tercera manga terminó estrellando el coche con el guardarriel debido a que se le rompió la columna de dirección, dejándolo en el séptimo lugar. Poco tiempo después este coche fue modificado por el carrocero Gentilini quien eliminó el alerón trasero y fue pintado de color rojo, para poder inscribirlo en las 500 millas de Indianápolis en el año 1959. En nuestros días este Maserati 420M/58 es propiedad de la colección Panini, luciendo tal y como era hace 60 años cuando compitió en la Carrera de los dos Mundos.
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