Desvelado por primera vez en el Salón de Turín de 1972, el Maserati Khamsin nacía del lápiz del maestro Marcello Gandini, el mismo que firmaría muchos de los más espectaculares deportivos de la década de los setenta. Como modelo sustituía al Maserati Ghibli y no sería tras 2 años que llegaría finalmente al mercado, como la opción GT 2+2 del catálogo de la casa italiana, en la que a la postre sería la mejor Maserati de la historia hasta la época actual, en la que se encuentra bajo el paraguas del Grupo FCA, contando con la tecnología del Grupo y de la mismísima Ferrari, su más eterno rival y ahora firma hermana.
Si el Ghibli lucía una afilada silueta, muy estilizada pero caracterizada por los suaves bordes firmados por Giorgetto Giugiaro en los sesenta, el Khamsin adoptaba la nueva corriente de diseño en cuña, afilando aun más tanto su frontal como todas sus aristas y bordes, complementándolo con algunas geniales soluciones, como los pilotos traseros encastrados en la tapa de cristal vertical de la zaga. Lo que además le otorgaba una visibilidad hacia atrás nunca vista anteriormente en un deportivo.Como el Bora, el deportivo biplaza de la marca de la época, el Khamsin disponía del motor V8 de 4.9 litros que le otorgaba 330 caballos, para un peso total que rondaba la tonelada y media. Lo que le permitía situarse en términos de prestaciones entre lo más granado del segmento deportivo de entonces.
Nacido en la época que Maserati pertenecía a Citroën, el Khamsin disponía de idéntico sistema hidráulico para operar distintos elementos del modelo, como su coetáneo el deportivo Bora. Desde los frenos hasta el reglaje eléctrico de los asientos o los faros de tipo escamoteable se movían gracias a este sistema diseñado por Citroën y compartido con modelos como el icónico Citroën SM.
Por lo que además de las prestaciones y el estilo inherente al diseño de la casa Bertone, el Khamsin disponía de una calidad de fabricación por encima de la media de la marca hasta entonces, contando con soluciones que superaban ampliamente a las de la competencia por aquel entonces. No obstante, ni el Bora ni el Khamsin gozaron de grandes cifras de venta, este último contó con una producción de tan solo 430 ejemplares en los ocho años que estuvo en producción el modelo, desde 1974 hasta 1982.
Técnica
El Khamsin montaba el V8 de 4.9 litros que el Bora comenzó a montar en 1973, aunque a diferencia del modelo biplaza, el GT 2+2 lo instalaba en el vano delantero, por lo que el bastidor empleado no podía ser el mismo. Si el Bora empleaba un bastidor monocasco central al que iba asociado un subchasis tubular, en el Khamsin el modelo estaba dotado de un monocasco completo, aunque contaba con refuerzos tubulares en el eje trasero para albergar la nueva suspensión trasera y el diferencial.
El motor V8 iba instalado en el vano delantero, pero bastante retrasado para poder centrar las masas y lograr el fantástico reparto de pesos que presume el modelo, de 50 / 50.
El Khamsin dispone de detalles únicos, además de su estilizada silueta, completamente dibujada a base de ángulos, prácticamente sin líneas curvas en todo su contorno, dispone de ciertos elementos de diseño muy curiosos. Como el mencionado panel de cristal trasero, sobre el que parecen flotar los grupos ópticos traseros o la asimetría formada por las rejillas de evacuación de aire sobre el capó delantero.
Tras el Khamsin, en 1982 y ya bajo el control de Alessandro de Tomaso, la firma Maserati no volvió a contar con un deportivo de 2+2 plazas hasta la llegada del nuevo Shamal, llegado en 1989 y basado en la denostada Serie Biturbo, que todos los aficionados de la marca preferirían olvidar, dada la cantidad de problemas que arrastraban todos los modelos derivadso, además de la falta de heterogeneidad de la gama, que estaba basada en una única línea de producto, diseñada por De Tomaso.
Artículos recomendados