Sabemos que los programas de Top Gear pueden acabar de cualquier forma inimaginable, o previsible. Desde retos como cruzar países o continentes en diferentes medios aéreos, terrestres, acuáticos... hasta probar la resistencia de vehículos ante catástrofes naturales o provocadas, todo buscando lo que Clarkson, May y Hammond junto con la tan frecuentemente mencionada productora del programa aceptan como sentido del espectáculo a toda costa.
Hemos visto poner a coches como a los propios miembros del equipo en situaciones extremas, tanto que alguna vez los sustos han sido palabras mayores pero parece ser que de momento ninguno los tres presentadores ha perdido ninguna de sus extremidades o cabezas. No podemos decir lo mismo respecto de los vehículos puestos a prueba.
Aunque la información no procede de un suceso próximo sí que es cierto que los hechos han sido conocidos recientemente gracias a la confesión hecha y recogida en la revista del propio programa, Top Gear Magazine, que se publica mensualmente y que, con motivo de su segunda década, han decidido incluirla con el título de "Algunas cosas salen mal" y que acompañan con la siguiente fotografía.
El trágico suceso tuvo lugar durante una jornada de prensa en el Mazda Raceway en Laguna Seca posterior a la presentación en el Salón de Detroit nada más y nada menos que del año 2007, noviembre para ser concretos, por lo que el accidente del que os hablamos ocurrió a principios de 2008. Sin que hayan trascendido muchos más datos, parece ser que una fuente de calor incontrolable hizo que, durante el tiempo que el equipo comandado por Clarkson hacía el test, el prototipo comenzara a arder sin que nada se pudiera hacer para salvar esta pieza única quedando completamente destrozada.
Único e irrepetible
El Furai, que significa sonido del viento, fue un bello ejemplo y demostración de cómo se puede combinar arte, versatilidad, deportividad e innovación tecnológica puesto que este vehículo dejó, en cuanto a su estética, las líneas básicas que modelos tan populares como el Mazda 3 ó el 6 lucieron sobre todo en cuanto a sus frontales y que a la vez se inspiraron del concept car conocido como Nagare.
El Furai estaba diseñado para dos ocupantes por lo que, aún estando basado en el chasis del Courage C65 con el que Mazda corrió las American Le Mans Series durante 2006, era un deportivo de altísimas prestaciones donde el piloto podía compartir la emoción de competir en un circuito junto a un acompañante.
La innovación tecnológica vino a partir de la adaptación de la ya habitual motorización en la firma japonesa de tipo rotativa donde los tres rotores eran animados por etanol, concretamente E100, el cual permitía que el Furai tuviera 450 CV aunque también era posible alimentarlo con gasolina siempre y cuando se le añadiera una cierta proporción de etanol aunque esto supondría una reducción de la potencia.
Como recuerdo, os dejamos un interesante vídeo que os puede ayudar a refrescar o conocer cómo fue este concept car de corta vida y triste final.
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