A la hora de comprar coches nuevos Mercedes-Benz sigue siendo de los favoritos. Y es que los alemanes han construido su fama a base de trabajo y mucho esfuerzo, de hecho, los coches fabricados y patentados por los germanos son de los más confiables del planeta, indiferentemente de los modelos o la serie a la cual pertenezcan. Entre los coches clásicos nunca falta un Mercedes-Benz, y un ejemplo de ello es precisamente el modelo del cual hablaremos a continuación, cuyo fuerte o atractivo principal es su aire deportivo, siempre guardando las líneas más clásicas y distintivas de los modelos de la marca de la estrella.
Se trata de un modelo especial, perteneciente a una edición de tan solo 500 ejemplares por todo el mundo. A este coche se le conoció como el Mercedes-Benz CLK 63 AMG Black, un vehículo realmente deportivo que despertaba la adrenalina de cualquiera. En los Estados Unidos fueron más afortunados ya que pisaron suelo estadounidense unos 3050 ejemplares, de os cuales unos 40 aproximadamente eran como el que se muestra en las imágenes, es decir, de un atractivo color blanco. Este coche data del año 2008, y desde que salió por primera vez al mercado se convirtió en uno de los más apetecidos por los seguidores de la marca, y por los amantes del segmento deportivo.
La estética del auto
Para comenzar a describirlo debemos mencionar que su frontal llamó mucho la atención, basta con ver ese capo alargado blanco que empata a la perfección con esa parrilla de color negro mate, con el eslogan del mismo color, y esos faros en forma ovalada, donde se muestran con claridad las luces diurnas y los potentes faros nocturnos, ambos con la avanzada tecnología led. En la parte baja del paragolpes encontramos un novedoso paragolpes que muestra tres entradas de aire, una a nivel central de mayor tamaño y dos a los lados más pequeñas; las tres presentan forma de rejilla, además los costados del auto con esa especie de pequeño alerón fabricado en fibra de carbono.
A los costados se muestran sus abultados pasos de rueda, mismos que le otorgan más músculo al coche. Las llantas o rines de aleación que esconden unos potentes discos de freno y cuatro pinzas de color plata firmadas por AMG. La parte trasera del guardafango delantero muestra una pieza en forma de salida de aire que cumple una función netamente decorativa. Debajo de las puertas, en los estribos, se nota un acabado deportivo que también le agrega músculo al auto. Las cerraduras de las puertas son del mismo color de la carrocería, al igual que las carcasas de los espejos las cuales son atravesadas por una luz intermitente o de cruce.
En la parte trasera del auto encontramos una antena con la típica forma de aleta de tiburón, un pequeño spoiler ubicado en la tapa del maletero con una tercera luz de freno debajo de este; a los lados de la tapa las iniciales tanto del modelo como del preparador, en este caso AMG, y el símbolo de la marca en el centro. Las luces de freno o stop son de halógeno, pero están protegidas por una capa oscurecida. En la parte baja del paragolpes encontramos cuatro salidas de escape fabricadas en aluminio, y en el centro un llamativo difusor.
En el habitáculo
Dentro del coche se aprecian los asientos forrados en fino cuero de color negro. Algunos detalles del habitáculo fueron fabricados en fibra de carbono, como la pieza donde se encuentra la palanca de cambios. El volante del auto es multifuncional. En el centro del salpicadero se muestra una pantalla a color presumiblemente táctil. Detrás del volante se muestran los relojes analógicos indicadores de la velocidad, revoluciones y hora, y una pequeña pantalla digital en el centro.
Parte mecánica
El motor del auto es un V8 de 6.2 litros de aspiración natural, el cual desarrolla unos impresionantes 500 caballos de poder y 630 Nm de par motor. Este modelo alcanza los cien kilómetros por hora desde cero en tan solo unos 4 segundos, y su velocidad máxima está calculada en 300 kilómetros por hora.
Este Mercedes-Benz CLK 63 AMG Black será subastado, y se espera que el precio de venta ronde los 100.000 dólares.
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