Aunque la historia de la marca está plagada de modelos de corte y carácter deportivo, realmente, en sus más de 100 años de existencia nunca han dispuesto de modelos realmente deportivos, estando más acostumbrados a realizar versiones potenciadas de modelos ya existentes, pertenecientes a categorías más convencionales.
Por lo que la llegada primero del SLS y ahora del GT AMG, supone todo un cambio de filosofía de producto en una de las marcas más tradicionales del planeta.
Al contrario que con el SLS, al que no podemos considerar antecesor real del GT AMG, ya que militaba en otra porción del segmento deportivo, en esta ocasión los ingenieros de Mercedes han dispuesto de un pliego de condiciones completamente diferente.
En lugar de un Gran Turismo muy potente en esta ocasión la marca ha desarrollado un deportivo más puro, más auténtico. Un Gran Turismo destinado a aquellos que no solo buscan la sensación del deportivo de bulevar, sino el tacto y la garra de un verdadero coche deportivo.
Para lo cual el esquema técnico ha sido cuidadosamente estudiado al detalle, poniendo auténtico énfasis en aquellas partes estructurales y técnicas que logran marcar la diferencia.
Técnica
El esquema básico es el siguiente, chasis muy ligero construido en aluminio, motor situado en posición delantera pero retrasado con respecto al eje delantero para optimizar el reparto de pesos, que obtiene un gran resultado de 47/53, muy cercano a la proporción ideal de 50/50.
El motor V8 de 4 litros, disponible en dos versiones de potencia, presenta de la particularidad de instalar dos turbocompresores en el centro de la V, para mejorar el reparto de peso, contener el tamaño y optimizar la temperatura de los mismos.
Con 462 CV encontramos la versión GT, mientras que la GT S eroga 510 CV. El peso se cifra en 1.540 kilos para la versión menos potente y 1.570 para la GT S. Asociados a una caja de doble embrague y siete relaciones, el tacto del motor ha sido estudiado para ofrecer una respuesta contundente desde bajo régimen pero con una respuesta muy lineal, tratando de ofrecer al máximo al respuesta de un V8 atmosférico.
El sonido del grupo propulsor también ha sido objeto de análisis, en el sistema de escape encontramos unas válvulas que se abre o cierran para modificar el sonido, según las necesidades del motor o el modo de conducción seleccionado por el cliente.
Sus prestaciones a la altura de sus rivales, 310 km/h de velocidad máxima y una aceleración inferior a los 4 segundos, concretamente 3,8 en el 0 a 100.
Diseño
Su imagen exterior es uno de los aspectos mas remarcables del modelo. Con una estética única dentro de la gama Mercedes, dispone de una zona trasera casi revolucionaria para la marca alemana, muy inclinada y alejada por tanto de la imagen berlina o tres volúmenes que tenemos asociada a la marca.
Aunque el frontal rezuma inequívocamente ADN de la firma germana, la interpretación de estos rasgos familiares han sido tratados de manera más abrupta, tratando de darle esa imagen más salvaje, menos señorial y elegante que disponen el resto de modelos de la marca.
Su estampa es muy agresiva, baja y ancha. Y su perfil, con la pronunciada caída del techo, le confiere una imagen más próxima a un deportivo que a un Gran Turismo al uso.
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