Entre las innumerables novedades que acompañan a la segunda generación del nuevo Audi Q7, encontramos una drástica reducción de peso. Hasta 325 kilos de ahorro nos ofrece, una cifra que notaremos durante la conducción y por supuesto, en el consumo y emisiones de CO2.
Durante el desarrollo del nuevo Audi Q7, se estudiaron los materiales usados durante la construcción de la carrocería, desarrollando un diseño multimaterial, en el que se mezclan las chapas de acero de muy alta resistencia conformadas en caliente con los paneles de aluminio. De esta forma, se consigue una reducción de 71 kilos.
Mecánicas e interiores al gimnasio
El nuevo tren de rodaje del Audi Q7 ha conseguido reducir 100 kilos de peso, gracias a elementos como los brazos de suspensión fabricados en aluminio y aceros de alta resistencias, o la reducción de hasta 40 kilos que ofrece el eje trasero, indispensables para mejorar el confort en marcha.
Por su parte, elementos mecánicos como el nuevo árbol de transmisión hueco, o los cojinetes construidos en aluminio forjado, permiten reducir 7 kilos, mientras que el diferencial central autoblocante está integrado en la carcasa del cambio Triptonic, consiguiendo ser un 25% más ligero. El sistema de escape se ha rediseñado, reduciendo 19 kilogramos respecto al sistema de escape que se monta en el actual Q7
El habitáculo también ha sido objeto de estudio, consiguiendo una reducción de 5 kilos en las plazas delantera, mientras que la segunda fila consigue una reducción de 18,7 kilogramos, mientras que es el primer SUV en fabricar el pedal de freno en aluminio, reduciendo un 60% el peso final.
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