El MPV alemán resulta bastante atractivo ya en las imágenes oficiales, pero en persona adquiere una imagen un tanto diferente de lo que transmite en las fotografías vistas hasta ahora del modelo.
Con una longitud similar al compacto Serie 1, está más próximo por tamaño a modelos como el Volkswagen Golf Sportsvan que a un Renault Scenic de 5 plazas. No es excesivamente alto, y además disfruta de una línea muy estilizada, que nace en un frontal muy afilado.
La unidad que nos tropezamos se corresponde a la versión 218d, aunque está equipada con un motor de 2.0 litros. Este bloque de aluminio de cuatro cilindros dispone de 150 CV, potencia más que suficiente para mover la tonelada y media del conjunto.
Peso visual
Continuando con su estética, la imagen de marca es muy clara en la carrocería del modelo, tanto su frontal como su zaga evidencian claramente el ADN de la marca. Muy bien integrado en una carrocería tan poco acostumbrada en la gama de BMW.
Sus volúmenes y líneas de estilo son las responsables de restar el peso visual al modelo, como las que esculpen el capó, juego de formas raramente vistos en el segmento. El conjunto, en su totalidad, disfruta no solo de la imagen propia de BMW sino que resulta muy agradable a la vista.
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