La contaminación es un problema que no se puede pasar por alto y en grandes ciudades como Madrid, Londres, París, Bucarest o Budapest ya han limitado la entrada a sus zonas centro cuando los niveles de polución son altos. El Peugeot iOn puede ser un buen compañero de fatigas para no tener que sufrir esas situaciones al plantear alternativa sostenible, conectada, segura y confortable ante los problemas a los que se está enfrentando el tráfico urbano.
Es más, a día de hoy en algunas ciudades, tener un vehículo 0 emisiones nos da ciertas ventajas. Por ejemplo con coches como el iOn o similares se pueden disfrutar de estacionamiento gratuito, acceso a calles y zonas restringidas para el resto de vehículos, reducción de los impuestos municipales o la posibilidad de utilizar carriles Bus VAO con un solo ocupante.Además de estas ventajas, el Peugeot iOn ofrece cuatro plazas y una habitabilidad de primer nivel en unas dimensiones compactas, adaptadas a la ciudad. Su compacidad, con 3,48 metros de largo y 1,47 de ancho, su ajustado radio de giro de 4,50 metros y su dirección asistida eléctrica le permiten moverse con agilidad y convertir las maniobras de aparcamiento más complicadas en un juego de niños.
Silencio, se rueda
Si algo destaca de este vehículo es el silencio desde el encendido, pues la propulsión apenas emite ruido. Puede parecer una tontería, pero no se mete el ruido del motor en la cabeza ( algo que a veces puede ser muy molesto) y permite mantener una buena conversación entre los pasajeros. Bueno, y hablando de contaminación, por qué no decirlo, contribuye a no generar más "contaminación acústica".
El Peugeot iOn es un gran aliado para el usuario urbano. Su autonomía es de hasta 150 Km en un ciclo de carga, una distancia considerable que sirve para cubrir el 90% de los trayectos cotidianos de los automovilistas que, según varios estudios, son inferiores a 60 km. Una recarga completa de la batería se efectúa en 6 horas con una toma doméstica clásica. Por su parte, una recarga rápida con un enchufe específico permite la disponer del 50 % de la carga en tan solo 15 minutos y del 80% en 30 minutos. Unas cifras perfectamente asumibles para el conductor medio, teniendo en cuenta que, en un uso urbano y periurbano, los coches están parados el 90% del tiempo.
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