La seguridad al volante es un tema de preocupación constante, tanto para los usuarios de la vía como para los ingenieros en los departamentos de desarrollo de las marcas, implementando cada vez más sistemas de seguridad activa y pasiva a nuestros vehículos.
Pero en muchas ocasiones son las pequeñas cosas o incluso distracciones las que provocan que todos esos esfuerzos por volver más segura la conducción se tornen insuficientes.
Hay muchos aspectos a tener en cuenta, y algunos tristemente, se nos pueden pasar por alto aunque sean muy evidentes.
En esta pequeña serie de dos artículos queremos hacer hincapié en uno de los elementos más fundamentales a la hora de conducir y al que lamentablemente pocos suelen hacer el debido caso, el parabrisas.
Irónicamente, el parabrisas es el elemento del automóvil que mas empleamos del mismo, ya que lo usamos el 100% del tiempo, aunque sea inconscientemente.
Un correcto mantenimiento es tan necesario como simple de realizar, no necesariamente hay que tenerlo brillando como un diamante todos y cada uno de los días del año, pero sí limpio y por supuesto, que permita la correcta visión en todas las condiciones meteorológicas.
La limpieza interior del mismo puede evitar empañamientos y una correcta revisión a tiempo de las escobillas de los limpias evita no solo su mal funcionamiento sino evitar que la acción de estos sobre el cristal lo pueda dañar.
Los procesos a seguir para cuidar el parabrisas son tan simples como económicos, una correcta limpieza y unas escobillas lo suficientemente blandas para poder barrer el agua en cualquier circunstancia, siempre estando atento a tener el deposito del agua con líquido suficiente.
Pero a pesar de todos los cuidados que podamos tener en cuenta, siempre existe la posibilidad de que el cristal se vea dañado de múltiples maneras, por rotura, picotazos, rayas, etc.
El tener una simple cobertura de lunas en la póliza del seguro obligatorio que debemos poseer, es casi crucial, ya que el costo de dicha cobertura anual generalmente suele ser varias veces inferior al valor del propio parabrisas, teniendo además en cuenta que están cubiertos el resto de cristales del vehículo, siempre descontando espejos.
No disponer de una cobertura que cuesta unos pocos euros nos puede hacer enfrentarnos a una factura que siempre será de varios cientos en el caso del parabrisas de cualquier turismo convencional.
En este artículo veremos los distintos procesos necesarios para sustituir un parabrisas, algo tan sencillo de explicar como complejo de realizar.
En este caso además, la reparación será contando con un parabrisas ya usado, lo que dificulta pero no imposibilita los procedimientos a seguir.
Proceso de desmontaje
En primer lugar se debe proceder al desmontaje de la luna estropeada, algo bastante complejo ya que no esta sujeta por ninguna pieza desmontable al chasis.
La luna se encuentra literalmente pegada al bastidor con una masilla denominada cordón de poliuretano que hace las veces de adhesivo sujetando el cristal, permitiendo además que las distintas flexiones provocadas por el movimiento en el bastidor sean absorbidas y no permitan que se quiebre el cristal, bastante más endeble de lo que pudiera parecer a simple vista.
En la galería de imágenes adjunta podéis observar detallado todo el proceso, que comienza siempre con el desmontaje de todas las molduras, tapas e incluso limpiaparabrisas para poder acceder correctamente a la luna.
La luna en si se separa cortando el cordón de poliuretano con un cable, denominado cuerda de piano, que se pasa por todo el alrededor del parabrisas, seccionando el adhesivo por fricción y liberando el cristal, teniendo que, posteriormente, limpiar la zona de los residuos de la masilla anterior.
En el siguiente artículo veremos las distintas posibilidades de reparación y sustitución de un cristal y los procedimientos para prevenir las roturas de los mismos, así como el proceso de montaje de la luna, con galería de imágenes explicativa incluida.
Agradecemos la colaboración prestada al equipo del taller Dragsters2000 de Madrid, sin los cuales no hubiera sido posible la realización de este artículo.
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