El reciente descubrimiento de unos documentos de patentes registradas entre los años 40 y 60 demuestra que diversas compañías petrolíferas conocían los efectos negativos del exceso de dióxido de carbono en la atmósfera desde entonces, y lo que es peor, dichas patentes podrían haber reducido las emisiones producidas por los combustibles fósiles y en lugar de comercializarlas y ponerlas en práctica simplemente las enterraron, poniendo todo su empeño en hacer oposición para las incipientes investigaciones sobre el clima.
Aunque estos hechos parecen más propios de una imaginativa teoría conspiracionista o del argumento de un thriller de misterio, lo cierto es que es tan real como la vida misma, tal y como lo han revelado el periódico The Guardian, haciendo referencia a la documentación publicada por el Centro de derecho medioambiental o CIEL (Center for International Environmental Law), en la que se demuestra fehacientemente como hace décadas, empresas como Esso, ahora ExxonMobil, no solo conocían los efectos negativos del dióxido de carbono sino que habían financiado investigaciones que daban como resultado patentes de pilas de combustible y tecnologías que exploraban la posibilidad de vehículos eléctricos, sistemas más eficientes y menos contaminantes para los motores de combustión y fuentes de combustibles alternativos, fechadas en la década de 1960.
Patentes
El informe publicado por CIEL revela hasta 18 patentes, en las que se detalla el proceso para producir electricidad en una pila de combustible, e incluso un diseño patentado en los setenta, de un motor que reduciría las emisiones y aumentar la eficiencia del combustible. Por lo que indiscutiblemente, estas compañías podían haber ayudado a reducir ya desde entonces las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, pero en su lugar, no les dieron uso o salida a esas tecnologías, contribuyendo no solo a que siguiera al escalada de contaminación en el planeta, sino que a través de los legalmente aceptados pero no por ello menos criminales grupos de presión trabajaron para desacreditar los esfuerzos de investigación sobre el clima, además de tratar de frenar los esfuerzos gubernamentales en esa área.
No fue hasta las crisis del petróleo provocadas por la OPEP que toda la industria no comenzó a buscar vías alternativas para mitigar su dependencia del petróleo, y no fue hasta cerca de 20 años después que industrias como la automovilística no comenzaron a hacer verdaderos esfuerzos en materia medioambiental y de emisiones. Cuando podían haber comenzado a trabajar al menos treinta años antes.
Fuentes: Smoke&Fumes / The Guardian vía Gizmodo
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