Su propietario es Grant Karnes, un ingeniero de Ohio que no pudo decir que no cuando un amigo de su padre le ofreció comprar el vehículo. "Si podía tener la experiencia [de conducir un coche así] cinco o diez minutos al día, ¿cómo iba a decir que no?".
Al principio, el respeto por un mito de la historia del automóvil hizo que Grant Karnes quisiese mantenerlo todo como salió de fábrica en su momento. Pero los ingenieros tenemos una curiosidad innata que nos impide no tocar, desmontar y/o mejorar las cosas, así que Karnes decidió que modificaría ligeramente su 930.
Desatando a la bestia
Así, reemplazó los escapes, los colectores, la válvula de descarga... Nada que alterase demasiado la personalidad del Porsche. "Realmente yo tenía dos objetivos con este proyecto. Uno era mantener la originalidad del coche y la posibilidad de volverlo a dejar de fábrica algún día. El segundo, era que yo quería desatar el verdadero potencial y ver de lo que el 930 era capaz de hacer".
Como afirma Grant, el 930 es un coche que te exige estar atento al cien por cien a su conducción, pero que te recompensa: "ya sabes, el 930 es un coche que pide ser conducido". Por el sonido, lo que siente al volante... todo está coordinado para recompensar al conductor de una manera única y realmente excitante.
"Cuando lo conduces no quieres prestar atención a nada más. No quieres escuchar la radio, no quieres recibir llamadas, ni mandar mensajes... sólo quieres escuchar el motor, ese maravilloso motor bóxer de 6 cilindros y recibir todo el feedback que el coche puede darte".
El aspecto exterior, excelente a todas luces, fue algo controvertido para Karnes. Él quería dejar una pintura original y plana, pero un amigo lo convenció para probar los vinilos de Martini. "Me quedé alucinado, pensando 'vaya, esto es precioso'. Representa a grandes mitos de la historia de Porsche en competición. Además, se pueden quitar sin ningún problema".
Es complicado ver un 930 en un estado tan bueno, y como él mismo afirma, aún lo es más en los Estados Unidos. Es bonito ver una joya de este calibre rodar con alguien tan apasionado por las preciosas carreteras de Ohio. Que siga así muchos años más.
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