El vehículo que veremos en la cita francesa será un coche de salón que, además de por su aspecto, destaca por incluir una motorización híbrida aunque desconocemos si con un motor principal de gasolina o gasoil como ocurre en el caso del Cayenne S Hybrid o solo de gasolina como en el Panamera S Hybrid.
El aspecto es enorme en el sentido literal de la palabra. Eterno me atrevería a asegurar a título personal. La vista lateral, si atendemos a la distancia entre ejes es brutal teniendo un largo capó pero desproporcionado con la parte trasera donde, a mitad de la rueda trasera, el portón del maletero cae incesante hasta acabar el coche en las los discretos difusores inferiores que envuelven a los escapes.
Las ópticas delanteras reestilizadas junto a la descomunal "boca" de la parrilla recuerdan a las de un ser procedente de otro planeta, como el coche en sí, destinado para un público con unas necesidades diferentes al promedio del resto de los humanos.
En la vista trasera parece que se quieren destacar las ópticas muy similares a las de la nueva generación del 911, la 991 y, en cierto modo, al del supercoche que está en desarrollo actualmente por todo el mundo, el 918. Entre los dos puntos luminosos aparece una franja oscura que los une y que evoca a las de los 911 hasta la llegada de la generación 996. El alerón trasero a modo visera corona un cristal recto que hace de luneta y que permite ver los asientos tipo bacquet de la zona posterior del habitáculo.
A la espera de más información, os dejamos que digiráis el nuevo modelo de Porsche y que ha llegado para golpear, una vez más, los cimientos de los tradicionalistas seguidores de la marca.
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