Su labor al frente de la que es considerada la punta de lanza de las empresas fabricantes de aparatos electrónicos será recordada por siempre, lo que no es tan conocido son los detalles de su vida privada.
Una de sus peculiaridades que circulan estos días por la red es la curiosa matricula que portaba su coche, un Mercedes SL 55 AMG color plata, con el que regularmente iba a trabajar. Dicen que lo solía aparcar en una plaza destinada a minusválidos en el parking de sus oficinas, pero lo mas curioso era la ausencia de placa identificable de matricula, ya que solo portaba una pequeña pieza en la que estaba impreso un código de barras.
Se dice, se rumorea, cuentan, que en un principio en la matrícula figuraba la famosa manzana del logo de Apple, pero, harto de que se la robaran, optó por este sistema. Lo mas curioso es que se ve que lo usó durante años, sin que haya trascendido que tuviera problema alguno con las autoridades competentes en el estado de California.
Lo primero que nos induce a pensar es que una persona con las capacidades económicas como el o bien podría haber llegado a algún tipo de acuerdo con las autoridades o llevaba algún tipo de dispositivo identificador que no conocemos, de ahí quizás el extraño código de barras.
Ultima teoría
Nada mas lejos de la realidad, han surgido en los últimos días las declaraciones de un supuesto empleado de seguridad de Apple, que afirma que lo único que tuvo que hacer Steve Jobs fue acogerse a una laguna del código de circulación de California.
The New York Times ha identificado el estatuto del código de vehículos de California, el nº 4456, que permite que un vehículo nuevo no porte las correspondientes matrículas durante 6 meses, por lo que el genial empresario lo único que tuvo que hacer fue cambiar de coche pasado ese plazo.
No hay más información accesible que demuestre esta teoría y no han trascendido más coches que el Mercedes mostrado en la imagen y un Porsche 928 que tuvo al inicio de su carrera. Por lo que o bien sustituía el Mercedes por otro idéntico dos veces al año, o no veo manera de que haya podido circular tantos años con esta triquiñuela legal.
Lo que sí es seguro es que, si el CEO de la empresa con mayor capitalización del mundo durante 2011 se le antojó hacer algo especial con su matrícula, desde luego me lo creo. Aunque nunca llegaremos a saberlo con certeza.
Artículos recomendados