Medios de comunicación, clientela, invitados de la marca y personal corporativo rodeábamos los tres vehículos dispuestos en la carpa, algunos escudriñando las novedades que presentaban y otros simplemente compartiendo un rato agradable.
Tras la exitosa comercialización de la anterior generación, estos Serie 3 necesitan llegar al público de BMW, o que llega procedente de otras marcas, mediante su atractivo estético y prestacional. Así, con un nuevo diseño, estos coches ganan enteros viéndolos en vivo. Las imágenes que habíamos visto se quedan lejos del atractivo real que tienen. El nuevo frontal es sin duda su punto fuerte. Sin llegar a hacer olvidar que estamos frente a un BMW, las reminiscencias con sus hermanos mayores son lejanas, no nos encontramos con un "restyling" sino ante un nuevo modelo, es similar a lo que vivimos entre los E46 y los E90: son coches diferentes.
Lobo con piel de cordero
Sin duda, el más espectacular que vimos fue el 335i. De nuevo, una discreta berlina con corazón de gladiador y con una equipación de lujo.
En el exterior vuelven a destacar sus dos salidas de escape en la parte trasera que avisan, a quien se sitúa tras él, que es todo un gran turismo capaz de arrojar un torrente de potencial cuando se le exige una respuesta inmediata ya que su motor V6 rinde hasta 306 CV. Por delante, la agresiva mirada que aportan sus faros viene acompañada de un nuevo paragolpes más atractivo, diferenciado en tres partes, con un escalón central bajo la zona donde se ubica la matrícula y la tradicional calandra, marca de la casa.
Sin dudas, aspirando a ser de nuevo el turismo premium más vendido, esta sexta generación del Serie 3 cumple con las exigencias de diseño, confort, seguridad y prestaciones que de ella cabe esperar.
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