Hace unos días, en un concesionario de Madrid, Seat brindaba la oportunidad a sus clientes de probar el nuevo Seat León, en los cuales nos encontrabamos diferentes versiones y acabados. Aprovechando esta oportunidad, decidí realizar la prueba para poder transmitiros mis sensaciones al volante.
Antes de comenzar, os diré que el tiempo de la prueba fueron unos 20 minutos, por lo que realmente estamos ante una toma de contacto del coche, y seguro que muchos detalles me los pasé por alto, pero espero que os sirva para haceros una idea.
Ha mejorado en todo respecto al modelo anterior
El modelo que me dejaron para realizar la prueba, se trata del Seat León FR 2.0 TDI 150CV, el cual contaba con los faros Full LED, llantas opcionales Performance en 18 pulgadas, y unos asientos de tapicería cuero-alcantara, entre otros extras. El modelo que probé es el que tenemos en la imagen que está al inicio del artículo.
Visualmente, es un coche que destaca muchísimo, pese a ser un modelo con un diseño no muy arriesgado, es un modelo que reconoces a primera vista, y ya si paseas por la calle y ves su peculiar iluminación con los faros Full LED, te aseguro que no pasará desapercibido.
Pasando al interior, es agradable lo bien que recogen los asientos y lo fácil que es encontrar la postura de conducción ideal. Otro punto a destacar de los asientos es su agradable tacto, y es donde se empieza a notar que Seat ha mimado más este tipo de detalles. Al cerrar la puerta y comenzar a dirigir los espejos, nos damos cuenta de que tiene una visibilidad bastante buena, y a la que te acostumbras rápidamente. Otro punto a su favor, es la mejora de la visibilidad por la zona del Pilar A, ya que en el León II esta es bastante mala al estar la luna mas inclinada, además de que cuesta un poco acostumbrarse a él.
Siguiendo con un vistazo interior, mis manos se dirigen al salpicadero, donde compruebo con gratitud una mejora de materiales en la parte alta, aunque esta calidad va disminuyendo a medida que bajamos llegando a ser normalitos en algunas zonas de la parte baja del salpicadero. Otro punto a favor, es la dirección de todos los instrumentos, que están a disposición del conductor para que este no tenga que retirar durante mucho tiempo la vista de la carretera.
La chica que vendría conmigo en la prueba, me explica algunas de las funciones que me encuentro en el Media System Colour, una pantalla de 5,2 pulgadas que destaca en la parte superior de la consola central. Gracias a él, no solo podemos controlar la radio o la guía de teléfono, sino también el Seat Drive Profile, el cual nos permite utilizar diferentes perfiles de conducción con solo pulsar la pantalla táctil. Además, si seleccionas el perfil Sport, la iluminación de ambiente interior pasa a ser roja, mientras que si seleccionas el perfil Normal, esta es blanca., además, si no queremos iluminación, nos permitirá desconectarla.
Tras introducirnos un poco en que nos encontramos en un primer vistazo, arranco y la probadora me sugiere que me vaya a una autopista para poder probar mejor el coche, dicho y hecho. Por el camino, tras pasar por varios resaltos y baches, podemos comprobar como la suspensión es dura, característica de un coche deportivo como es el FR. Al llegar al carril de aceleración, tras salir de una rotonda, activar el perfil Sport, y comprobar que la temperatura del refrigerante y aceite son óptimos, decido estirar la segunda velocidad a las 2.800 vueltas, donde compruebo que se obtiene una rápida respuesta del acelerador y subiendo rápidamente de velocidad con la clásica y querida sensación de pegarte al asiento.
Una vez en marcha, pruebo el asistente de salida involuntaria de carril, el cual funciona a la perfección. Además pruebo el asistente de luces cortas/largas, el cual, cambia automáticamente de largas a cortas si nos cruzamos con otro coche por la carretera, y pese a que ambos sistemas me han gustado mucho, personalmente, no los incluiría en mi configuración personal, ya que personalmente, me parecería contar con una sobrecarga de asistencias.
Salimos de la autopista y la probadora me sugiere que pruebe el nuevo sistema de sensores de aparcamiento delantero y trasero con visión esquemática del coche y obstáculos, por lo que decido buscar un sitio justo para ponerlo a prueba y he de decir que me encantó el sistema por su precisión, claridad al mostrar lo cerca o lejos que estas del objeto cercano y el pitido es inconfundible, que por cierto, puedes regular el volumen del pitido o desactivarlo directamente.
Una vez probado, me pongo en marcha y me encuentro el primer semáforo en rojo de la ruta, dejo de acelerar a la vez que bajo marchas y cuando me detengo por completo el sistema Start&Stop se activa, parando el motor y manteniendo la temperatura interior en todo momento, cuando meto primera, el coche entra en funcionamiento de forma suave y rápida, casi sin darte cuenta de que el coche ha estado parado.
Una vez llegué al concesionario, donde aparqué el coche, me di cuenta de que para el tipo de conducción que había realizado, la cual, realizamos todos el 99% del tiempo, no había echado en falta el tren trasero multibrazo, algo que critiqué bastante en su día cuando Seat lo anunció.
La nueva generación del Seat León ha dado un gran salto respecto a la generación anterior, y personalmente, puedo decir que ha mejorado en prácticamente todo, resultando una opción muy válida junto a sus hermanos de plataforma y que por cierto, también mas caros.
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