Para lograr este objetivo de mostrar los consumos reales, el grupo PSA hará un análisis teniendo en cuenta el uso real que los consumidores harán de los vehículos. De esta forma se alejaran de las pruebas realizadas en el banco de rodillos y en condiciones de laboratorio que en la mayoría de los casos consiguen mediciones de las emisiones inferiores a las reales.
El caso Volkswagen ha tenido como consecuencia la desconfianza de gran parte de los consumidores no solo hacía Volkswagen sino hacía las marcas de vehículos en general. Por este motivo no es de extrañar que PSA haya querido recuperar esta confianza dando unos datos reales y liderando la discusión sobre los protocolos de actuación que se encuentras vigentes actualmente.
Un cambio de protocolo
Desde PSA se inclinan por un nuevo protocolo en el que se eliminen las oportunidades de adulterar el resultado. Entre las diferentes prácticas usadas para optimizar el consumo del vehículo encontramos la intervención del alternador o el nivel de carga de la batería.
Si bien es cierto que PSA Peugeot Citroën se encuentra firmemente ligado al diésel, también es cierto que sus motores cuentan con la tecnología SCR y Adblue al igual que el resto de fabricantes que se han adaptado la normativa Euro6, que permiten tratar las emisiones de NOx.
Esperemos que del escándalo del Dieselgate se pueda sacar alguna situación provechosa para nuestra salud y sea cierto el cambio en las pruebas que nos ayudarán a saber a ciencia cierta el impacto que nuestros vehículos tendrán en el medioambiente y por lo tanto en nuestra salud.
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