A pesar de ser una variante más del Wraith, coupé derivado de la berlina Ghost, en la marca han decidido escoger un nuevo nombre, Dawn, que además sugiere la nueva política de la marca británica. Ya que significa literalmente amanecer en inglés, y la firma ha querido aprovechar para simbolizar la nueva etapa, en la que en breve podríamos ver llegar un nuevo modelo de tipo SUV, si todos los planes continúan como deben.
Nuevos horizontes
El nombre ya había sido empleado por la firma en la década de los cincuenta, con el Silver Dawn Drophead, el primer modelo en emplear una carrocería fabricada en la propia fábrica de Rolls, por lo que la firma ha querido simbolizar el paralelismo del nacimiento de aquella nueva etapa denominando así al nuevo modelo.
Estéticamente es evidente en que modelo está basado, ya que salvo el techo practicable de lona, el resto pertenece a la familia de modelos a la que pertenece. La propia carrocería gana muchos enteros con respecto a la versión coupé, muy maciza y pesada visualmente, sobre todo por el enorme pilar trasero que dispone, el cual desaparece por completo en esta versión abierta.
Técnicamente dispone de las mismas características que el Wraith. Motor V12 de 6.6 litros de 563 CV a 5.250 rpm y un enorme par motor de 780 Nm. Lejos quedan ya aquellos tiempos en los que Rolls tan solo se limitaba a afirmar que la cifra de potencia de sus motores era "suficiente". La llegada de BMW a la marca no solo ha hecho cambiar este tipo de detalles extravagantes, sino que además los modernos Rolls Royce cuentan con toda la tecnología de primer orden del Grupo BMW, combinada con los tradicionales acabados exquisitos de la firma.
El Dawn es buena muestra de ellos. A pesar de estar posicionado por debajo de la gama Phantom, que también cuenta con versión descapotable, el equipamiento y los acabados del Dawn son simple y llanamente exquisitos y de primera, con materiales como metal y madera de las más altas calidades y diseño.
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