A la tecnología eléctrica le espera un futuro impresionante. Y pensar que hace pocos años los coches impulsados por energía eléctrica se veían como todo un tabú, inclusive, hablar de ellos era como hablar de un sueño imposible, algo que iba más allá de lo posible, sobre todo, porque los coches impulsados a combustión dominaban la meca del mercado automotriz a nivel mundial. Luego, salieron los motores híbridos, y el combustible se mejoró, disminuyendo sus propiedades contaminantes. Pero los diversos estudios que a diario se realizan sobre el medio ambiente arrojaron cifras alarmantes sobre el planeta y los grandes fabricantes decidieron que era hora de profundizar en las tecnologías para el cuidado del ecosistema.
Entonces el proyecto del coche eléctrico comenzó a tomar más importancia, y las principales marcas empezaron a trabajar en pos de diseñar y fabricar sus propios modelos, haciendo uso de las tecnologías más avanzadas. Fue así como surgió una genial idea en los deportes a motor, la creación del campeonato con monoplazas eléctricos de la Fórmula E. Hoy, este certamen es una referencia y muchas son las marcas que ya expresaron su interés en participar como nuevos equipos. Esto simplemente denota que el final de aquellos motores impulsados por gasolina o diésel está cerca.
Hay algunos países que están trabajando para poner fin a la era de los motores de combustión, invirtiendo grandes sumas de dinero en estudios y pruebas, con la finalidad de adecuarse a los nuevos tiempos. En ese orden de ideas, podemos mencionar que en el Reino Unido ya se decretó la fecha en la que se prohibirán de manera definitiva los motores a combustión. Francia también se unió a esta iniciativa, por lo que ambos coincidieron que, a partir del 2040, la venta de coches a combustión quedará prohibida a lo largo y ancho de sus territorios.
Alto índice de contaminación
Esto es una consecuencia, y a la vez, una coincidencia negativa ya que, tanto Londres como París, son de las ciudades europeas más contaminadas del mundo. Debido a esto, se ha evidenciado la presencia de cargadores eléctricos para coches en las calles y avenidas de estas ciudades, fomentando en este caso el uso de los coches con tecnología eléctrica. La prohibición de los coches con motores impulsados por gasolina y diésel, y la venta de modelos eléctricos buscan reducir los índices de contaminación en ambas ciudades. Tan solo en el Reino Unido se estiman unas 40.000 muertes anuales a causa de la contaminación ambiental.
Los resultados de algunos estudios han demostrado que los coches eléctricos contaminan menos, y en muchos casos prácticamente nada, comparado a los coches de combustión. Otro detalle a tomar en cuenta es hay algunos países en donde se genera más electricidad, y Francia y el Reino Unido están en la lista. En el Reino Unido, un coche eléctrico contamina menos de la mitad de lo que contamina uno de combustión, mientras que en Francia, se calcula que contaminan 18 veces menos. La decisión de utilizar modelos eléctricos a combustión es totalmente acertada.
Noruega encabeza la lista
Noruega es otro de los países que adoptara solo la venta de coches eléctricos. En este caso, los noruegos estiman que para 2025 los coches de combustión marcarán su retiro definitivo; esto tiene una razón, y es que ellos se mantienen un paso adelante en lo que respecta al desarrollo de estas tecnologías, cuentan con menos habitantes y con una mayor infraestructura eléctrica. Pero volviendo el Reino Unido, se estima que poco a poco vayan instalando cargadores eléctricos en todas las estaciones de servicio del país, para favorecer a los conductores que ya cuentan con coches eléctricos.
Lejana, entre comillas
Aunque 2040 puede parecer una fecha muy lejana, debemos tomar en cuenta un sinfín de detalles antes de pasar a la implantación de coches netamente eléctricos, entre ellos los costos por ventas, ya que se espera que luego de 2025 el precio de los coches eléctricos sea similar al de los coches impulsados por gasolina o diésel, y para 2040, el precio de los coches a combustión (incluidos los Híbridos) será tan bajo que representará pérdidas a los fabricantes, y con seguridad dejaran de diseñar y fabricar estos modelos. Solo nos queda prepararnos para ese futuro, y disfrutar del tiempo que le queda a nuestros coches impulsados a combustión.
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