Para todos nosotros, contar con un coche o automóvil que nos lleve a nuestro destino y nos traiga de vuelta con bien es en definitiva lo que deseamos. Siempre hacemos énfasis a los avances de la tecnología, sobre todo porque, a medida que pasan los años, la situación va cambiando y se dan a conocer nuevos elementos, piezas, sistemas y técnicas que mejoran nuestro día a día. El mundo automotriz nunca se detiene, al contrario, se encamina hacia un futuro en donde se espera que los motores a combustión desaparezcan y se le de paso a la tecnología eléctrica. Ya muchos se preparan para ingresar a esta nueva etapa que amenaza con ser muy competitiva, y prueba de ello son todas las exposiciones que se realizan anualmente en donde se muestran los prototipos del futuro con sistemas tecnológicos de punta.
Pero apartándonos un poco del futuro y de las tecnología que están por venir, hay un elemento básico pero de vital importancia que no debemos olvidar por muy nuevo o antiguo que sea nuestro coche o automóvil. El sistema de refrigeración. Muchos saben que este sistema y todas las partes que lo componen, así como muchos otros pasan desapercibidos a la vista del ser humano, sin embargo, no dejan de ser primordiales en la vida del motor de nuestros vehículos. Imagínese como se enfriarían los motores en los tiempos de nuestros abuelos, talvez con un abanico, o nuestros abuelos los soplaban con cualquier cosa. La gran mayoría de los coches eran enfriados por aire, sin líquidos o elementos que influyeran en el proceso.
Por no irnos tan lejos, podemos mencionar algún ejemplo, como un Malibu del año 80. Al destapar el capo, ¿qué era lo primero que observábamos? El motor, pero adelante veíamos como giraba un aspa; otros le dicen el ventilador. Para muchos, aquella mecánica era la mejor de todas; no había sensores, computadora o complejos elementos que nos hicieran la vida imposible. Un Malibu de aquel año era enfriado por esa aspa y un enorme radiador, con capacidad para almacenar mucha agua, y esta a su vez recorría los extremos del motor. Captar y solucionar alguna falla era tan sencillo que generalmente lo terminábamos haciendo nosotros mismos.
El mantener la temperatura adecuada en nuestro coche sencillamente nos aseguraba que nuestro motor se mantuviera en las condiciones más óptimas. Pero ¿qué sucedía cuando por descuido olvidábamos echarle agua al radiador y este se secaba? Venía la fatalidad, el llamado recalentamiento. Dependiendo de si actuábamos rápido o no en esta situación, el sufrimiento de nuestro motor sería mayor o menor. A veces nos aparcábamos a un lado del camino y apagábamos el propulsor inmediatamente, pero en otros casos, no nos percatábamos, el motor de recalentaba a su máxima expresión, y terminaba por dañar, quemar o chamuscar las empacaduras y otros elementos importantes. Cuando eso sucedía, tocaba desmontar parte o todo el motor, y prácticamente hacerlo desde cero.
Pero ¿qué hay detrás del sistema de refrigeración? o ¿qué factures actúan para que nuestro coche se mantenga en la temperatura ideal? Veamos.
Piezas que componen el sistema de refrigeración
Tenemos el llamado ventilador, aspa y para algunos, el abanico. También se le conoce como el electro ventilador. Podemos decir que es un elemento importante y vital en la refrigeración automotriz. Este produce una corriente de aire que enfría el agua. El electro se activa automáticamente, luego de que la válvula de la temperatura se da cuenta de que los niveles están demasiado altos. Algunos modelos viejos tenían este ventilador casi que pegado al motor, y mientras este estuviera encendido el ventilador daba vueltas. A mayor revolución, mayor era el aire que se desprendía hacia el radiador.
También encontraremos las cámaras del agua, que son aquellas por donde circula el agua por el bloque y la culata. La bomba del agua es otro de los elementos de vital importancia, ya que, como actual el corazón humano, es la encargada de bombear el agua y hacerla circular por los conductos. Esta pieza la encontraremos en el frente del bloque o en su lateral y generalmente se acciona por una correa en V que parte desde el cigüeñal del motor.
Otros detalles son los conductos por donde circula el agua o, en estos últimos tiempos, el líquido refrigerante. Las mangueritas o manguitos son los conductos que terminan uniendo al motor con el radiador. Es importante destacar que son flexibles, precisamente para evitar que las vibraciones del motor afecten al radiador. El termostato es otro elemento que hace que el líquido refrigerante o agua circule. Está situado entre el bloque del motor y la parte superior del radiador. Esta válvula consta de un resorte, el cual se expande o contrae, dependiendo de la temperatura del agua o líquido refrigerante.
La tapa del radiador deja salir el vapor del radiador cuando el agua o líquido se encuentra en una temperatura determinada. Esta tapa contiene un resorte que también se expande y contrae, dependiendo del calor del agua o refrigerante. La tapa del radiador permite llenar el sistema con el refrigerante o agua, permite la salida del refrigerante al tanque de reserva, mantiene la presión del sistema a un valor adecuado, permite que retorne el refrigerante o agua cuando el sistema se enfría y además funciona como válvula de seguridad en los sobrecalentamientos.
Por último mencionamos al radiador, que actúa como depósito del agua o refrigerante. El radiador está compuesto por láminas por donde circula el agua. Esta unido al motor por medio de los manguitos. Tiene un tapón por donde generalmente se "pulga" es decir, se le bota toda el agua o líquido refrigerante y se elimina el aire que a veces se mantiene dentro del radiador. Hoy hay varios tipos de radiadores, tubulares, de láminas, entre otros.
Pendiente con los detalles
Nunca está de más aprender o recordar todos estos sistemas que siguen siendo primordiales para la vida y funcionamiento de nuestros motores. Existen diversos tipos de refrigerantes; que si unos mantienen el motor más frio, que si otros son para los lugares más calurosos etc. Pero la conclusión más idónea sigue siendo una sola, de nosotros dependerá la vida óptima de nuestro motor. Por ello, manténgase pendiente de estos detalles; y si luego de leer este artículo no recuerda cuando fue la última vez que revisó el nivel del refrigerante de su motor, salga corriendo y hágalo inmediatamente. Evite males mayores por descuidos que se traduzcan en grandes pérdidas de dinero.
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