Con un aspecto rompedor, futurista pero no demasiado diferente al que pudiera tener el Mini del año 2020, el Forstars apuesta por un look muy atractivo ya que las líneas exteriores parecen fluir sin cesar, imprime dinamismo, actividad y, el frontal, resulta hasta curioso ya que parece tener ojos y boca como si estuviera sacado de las películas de animación donde los coches cobran vida y participan en carreras a lo largo del planeta.
Con un sinfín de dispositivos de alta tecnología, resulta curiosa la apertura de los faros como si se trataran de pestañas o mejor aún, como si los propios faros fueran los ojos y una cubierta móvil abriera y cerrase esos ojos a modo de párpado.
Similitudes al margen, este prototipo calza unas enormes llantas de 21 pulgadas y tiene parcialmente el techo acristalado y, junto al llamativo color de la pulida carrocería, provocaría unos cuantos giros de cabeza si lo viéramos circulando por nuestras ciudades.
No es ningún juguete
Es por esto, por ser un coche urbano, por lo que Smart apuesta por la electricidad como fuente energética para este Forstars. El motor es una versión mejorada por el preparador Brabus del Smart Fortwo eléctrico capaz de rendir 60 Kw, es decir 82 CV Y 135 Nm de par que permitirían alcanzar los 130 km/h. Su batería de ión-litio tiene una capacidad de 17.6 kWh.
Tendría espacio destinado para dos pasajeros más otro para carga y, dadas sus medidas, 3,55 metros de largo, 1,71 de ancho y 1,50 de alto, facilitaría tanto la movilidad entre las calles de las grandes capitales como encontrar más fácilmente un pequeño espacio donde aparcar a este mini urbanita del futuro todo ello produciendo unas cotas nulas de contaminación atmosférica.
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