Mitsubishi finalmente se pronuncia con respecto al futuro del Lancer Evolution, y tal y como anunciábamos esta última semana, la firma de los diamantes lo dejará sin continuación, tras dos décadas en el mercado, por lo que el actual será el último de su estirpe.
Lance Bradley, ejecutivo de la firma en el Reino Unido, en declaraciones a la publicación Auto Express ha confirmado que el próximo modelo que sustituya al Evo será un nuevo modelo híbrido, de menor tamaño al actual, aunque su configuración no está del todo definida.
Según Bradley el sustituto del Evo, podría estar basado sobre la plataforma del próximo Crossover ASX, y contaría con la tecnología híbrida del Outlander PHEV, en la búsqueda de un modelo de corte más eficiente y ecológico, aunque lo sorprendente no es esto, sino la configuración sugerida por el directivo de la marca.
En palabras del propio Bradley el sustituto del Evo "es posible que sea un coupé de altas prestaciones, más pequeño que el Evo actual, por lo que un coupé 2+2 podría ser una buena opción de carrocería".
Estas palabras han hecho que hoy toda la prensa internacional augure el renacimiento del extinto 3000 GT como el reemplazo del Evo, por ser el último coupé de esas características que la marca ha comercializado recientemente.
Lo cierto es que el futuro modelo híbrido, que si bien ocupará el puesto de estandarte de la gama Mitsubishi, como ya hicieron el Lancer Evolution o anteriormente el 3000 GT, difícilmente podrá ser el sucesor espiritual de ninguno de los modelos mencionados.
Las diferencias con el Evo son más que evidentes, pero con el antiguo 3000 GT tampoco debería tener demasiadas semejanzas ya que este fue, más que un coupé deportivo, una suerte de Gran Turismo que sirvió de escaparate tecnológico de la marca. Papel que cumplía a la perfección, como probablemente también haga el nuevo modelo, pero como deportivo su resultado era bastante negativo.
El 3000 GT resultó ser un automóvil además de grande, muy recargado tecnológicamente, y por tanto, pesado, lo que repercutía negativamente a nivel dinámico. Su motor de 6 cilindros turboalimentado rendía entre 160 y 320 CV, según versiones, para los cerca de 1.700 kilos del enorme conjunto.
La prensa especializada de la época lo calificó de torpe y pesado, aunque la carga tecnológica que llevaba era más que importante, sistema de aerodinámica activa incluida, para un automóvil de la década de los noventa.
Por lo tanto, el nuevo modelo compartirá con este poco más que la configuración y el papel de servir como modelo estrella de la firma, estandarte del saber hacer de la marca japonesa. Aunque para comprobarlo habrá que esperar aún un tiempo, el cual aún no ha sido desvelado por la firma.
Artículos recomendados