Como parte de un acuerdo con las organizaciones gubernamentales estadounidenses, Takata ha acordado pagar esa multa inicial y retirar progresivamente el nitrato de amonio de sus infladores del airbag.
El fabricante será sometido además a una monitorización por parte de las autoridades de transporte de Estados Unidos, para asegurarse de que cumple los términos del acuerdo. En caso contrario, la NHTSA impondrá penalizaciones de hasta 130 millones de dólares, a mayores de los 70 millones de dólares de la multa.
En un comunicado, Takata afirma que conocía el defecto pero no emitió un aviso a tiempo ni lo retiró de la fabricación inmediatamente. Por tanto, la marca se verá obligada a trabajar los próximos cinco años bajo un estricto escrutinio por parte de las autoridades estadounidenses.
Por su parte, el secretario de transporte de Estados Unidos Anthony Foxx ha declarado que "durante años Takata ha construido y vendido airbags defectuosos. Se negaron a reconocer que eran defectuosos y proporcionaron información incompleta, inexacta y fraudulenta a la NHTSA, a las empresas que usan sus airbags y al público".
Honda abandona el barco
Por otro lado, Honda, el principal cliente de Takata, ha anunciado que ningún modelo nuevo ni de su marca principal ni de Acura utilizará airbags de pasajero o piloto del suministrador Takata, ya que han encontrado pruebas de que Takata les había presentado datos "manipulados y tergiversados" de forma deliberada.
Fuente: Automotive News
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