El sistema de frenos de disco es utilizado comúnmente para el frenado de los coches, el cual consta de un disco que gira de igual forma que el neumático y a su vez es sometido al rozamiento por parte de una pastilla que al accionar el pedal del freno aumenta su presión por ambas caras del mismo, logrando con ello que el giro sea disminuido gracias a la fricción y presión aplicada. Al suceder esto se genera una increíble temperatura que debe ser disipada con rapidez para evitar el recalentamiento del sistema. En teoría el funcionamiento es bastante parecido al de un sistema de frenos de tambor pero con la diferencia que la superficie de frenado o de roce de la pastilla es menor, pero logrando una mayor eficiencia gracias a que estos no conservan el calor generado por no tratarse de un sistema cerrado.
Historia del sistema de frenos de disco
Cuando se comenzaron a utilizar los frenos de disco solo se podían encontrar en los coches deportivos o de competición, ya que los mismos permitían una frenada de mayor capacidad y eran capaces de mantener temperaturas al momento de exigirlos en condiciones extremas. En la mayoría de los casos estos sistemas eran montados en la parte interna del neumático, como los encontramos en la actualidad en todos los coches de producción, pero en algunos casos se colocaban internamente en conjunto con el diferencial de la transmisión, con ello se permitía una frenada mucho más potente que en la mayoría de los casos era requerida para la competición.
Hoy en día podemos decir que todos los coches tienen sistema de freno de discos en la parte del eje delantero, ya que la mayoría de la fuerza de frenada ocurre en ese sitio. En los neumáticos traseros seguimos encontrando el tradicional sistema de tambor cuando nos referimos a coches más básicos o de baja gama, ya que representa un costo menor y un sistema mucho más sencillo para accionar el freno de parada o de mano.
Componentes de un sistema de frenos de disco
El sistema de frenos de disco es un poco más sencillo de lo que parece, ya que se compone de un disco que es el que se encuentra en movimiento solidario con el neumático mientras conducimos, luego de ello tendríamos la mordaza, pinza o calipers, que es la encargada de llevar la pastilla de frenos que realizan la fricción sobre el disco gracias a otro elemento importante como lo es el pistón, el cual gracias a la presión del liquido de frenos o liga es empujado contra el disco.
Discos de freno
Existe una gran variedad de discos de freno ya que con el pasar de los anos se han logrado fabricar con diferentes materiales y técnicas siempre buscando una frenada más segura. En primer lugar encontramos los que son fabricados de fundición o acero que son los que comúnmente encontramos en nuestros coches, luego de ello existen discos fabricados en materiales innovadores como los compuestos por cerámica o carbono, que buscan así disipar las temperaturas para los más exigentes. De igual forma el diseño del disco ha evolucionado encontrando en la actualidad algunos con diseños biselados y perforados con agujeros que permiten disipar de forma más rápida el calor, siendo estos ideales para coches deportivos o de competición.
Pinzas o mordazas de freno
Las pinzas de frenos también conocidas como mordazas o calipers son las encargadas de sostener la pastilla de freno y el pistón. Las mordazas pueden variar según el tipo de coche y el desempeño del mismo encontrando las fijas y las flotantes. Las mordazas fijas no cambian su posición con respecto al disco y pueden tener en ella un par o mas de pistones para aplicar la presión sobre la pastilla. Al ellas accionar empujan la pastilla de freno contra el disco lo que genera la fricción que detiene o disminuye la velocidad de giro del disco y en consecuencia del coche.
Las pinzas flotantes o deslizantes si tiene movimiento con respecto al disco de freno y funcionan de forma que uno de los pistones hasta que la pastilla entra en contacto con el disco logrando asi que todo el conjunto se desplace con el mismo; con este movimiento se obtiene una presión en ambos lados del disco al momento de frenar. Este sistema puede fallar o no ser tan efectivo debido a que la mordaza puede trabarse por efectos de la corrosión o el sucio acumulado. Las consecuencias de ello es la aplicación de la pastilla contra el disco aun cuando no estemos aplicando el pedal del freno, pudiendo así desgastarla sin necesidad o produciendo que el coche deba ser forzado al conducirlo.
Posición de montura
Generalmente y en la mayoría de los coches, el sistema de freno de disco va instalado solidariamente con el buje del neumático, aunque algunos fabricantes han decidido instalarlas por el exterior, los cuales son llamados frenos perimetrales.
Los pistones de freno
Ellos son los encargados de presionar la pastilla contra el disco, y se trata de cilindros que van montados en la pastilla y que reciben esa presión por el empuje de la liga o liquido de frenos. Para no perder la presión del liquido los mismos tiene alrededor un sello que mantiene cerrado el sistema. El liquido de freno entra a la pinza por un conducto que viene directamente de la bomba que es donde se encuentra el liquido almacenado y que a su vez es accionada por el pedal del freno en el interior del coche.
Las pastillas de freno
Las conocidas pastillas de freno forman parte de las piezas de reemplazo que siempre deben estar bajo revisión al momento de realizar los servicios del coche. Esta pieza por ser la encargada de generar la fricción se somete a un desgaste que puede variar dependiendo de las condiciones de manejo y el material del cual son fabricadas. En la actualidad las pastillas de freno cuentan con un sensor que alerta al conductor de su desgaste y del momento en que deben ser reemplazadas, esto gracias a un chillido que producen o en los casos más tecnológicos por un testigo que se puede encender en el panel de instrumentos.
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