Si en la versión primigenia estábamos ante un concept radical, de tres puertas, herencia directa del RAV4 y cuyo cometido era ser un ejercicio de estilo, en Frankfurt nos vamos a encontrar con un modelo funcional que aumenta en dos el número de puertas, con los tiradores debidamente camuflados en el marco de las puertas y con una estética más cercana a la producción que antaño.
Y es que las líneas del modelo se han civilizado. Aprovecha la parrilla delantera de los nuevos modelos de Toyota como el FT1, aunque mantiene la zaga alta y musculosa característica del primer concept. La línea lateral resulta muy potente adoptando unas nervaduras que le imprimen carácter y fuerza. En cuanto a las ópticas se integran perfectamente en el resto de la carrocería, destacando la trasera donde el diseño del portón vuelve a evocarnos al FT1. Remata este apartado unas llantas de cinco radios dobles entrelazados de bella factura.
Soluciones innovadoras
Este concept se basa en el TNGA (Toyota New Global Architecture). Programa de desarrollo integrado para plataformas y componentes del sistema de propulsión. El TNGA permitirá a Toyota crear vehículo con mayor rigidez del chasis, estabilidad de manejo y confort.
En cuanto a la motorización estamos, como no podía ser de otra manera ante un vehículo híbrido. Pese a no haber trascendido datos de potencia, desde Toyota se anuncia un rendimiento de la parte térmica del motor cercano al 40 por ciento, lo que le da un carácter eminentemente eléctrico al concept. Además se ha puesto especial énfasis en mejorar la eficiencia de consumo del motor térmico y en rebajar el peso del motor eléctrico y la batería.
Con un enfoque urbano, este Crossover pretende recuperar el espíritu del RAV4 que sin duda ha perdido en sus últimas actualizaciones. Estaremos atentos al stand de Toyota por si trascienden nuevos datos relevantes del modelo.
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