Por ello, y coincidiendo con la llegada a los concesionarios del renovado Yaris, así como la segunda generación del Aygo, el Toyota iQ abandona la gama española, dejando a la venta únicamente el stock que hasta la fecha no se ha vendido.
Gran relación equipamiento/tamaño
Únicamente estaba disponible hasta el momento con mecánicas de gasolina (de 69 y 99 CV, asociadas a un cambio manual y una tipo CVT respectivamente), así como una rica dotación de equipamiento, destacando la posibilidad de incorporar climatizador, asientos delanteros térmicos, navegador con pantalla táctil, sistema de sonido, entre otros.
Antes de acabar estas líneas, me gustará destacar que el Toyota iQ podemos verlo a día de hoy por nuestras calles con el anagrama Aston Martin en su capó, pues el fabricante británico se fijó en él a la hora de desarrollar el Cygnet, añadiéndole su toque personal al frontal y parte posterior, además de dotarlo de una mayor calidad en su habitáculo, sin embargo bajo su capó seguía latiendo un pequeño corazón Toyota de 98 CV.
El motivo principal por el cual Aston Martin incluyó un iQ relogotipado a su gama fue el de reducir la media de emisiones de su gama, cumpliendo de esta forma con la ley de emisiones europea, aunque lógicamente, Aston Martin no lo vendía así, sino como la alternativa de movilidad ideal en la ciudad para los clientes más afines al fabricante británico.
Personalmente, ha sido un coche que siempre me ha resultado curioso, ofreciendo gran movilidad dentro de las grandes ciudades sin necesidad de sacrificar en confort, y sirviendo de alternativa perfecta al Smart ForTwo. Es una pena que finalmente se despida de esta forma, pero esperamos que Toyota lo intente de nuevo más adelante, ayudado de la experiencia que le ha dado el iQ.
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