Un frontal más anguloso, marcado y musculado es la seña de identidad de este RAV4 Hybrid. El modelo estrena nuevo paragolpes, nuevas ópticas con tecnología LED y sobre todo, una parrilla y un difusor realmente atractivos que dotan a esta versión y al futuro de la fama de una imagen más deportiva y moderna en comparación con la que muestra la cuarta generación del modelo que se estrenó en 2013. Todos estos cambios se complementan con una trasera también retocada con algunas molduras y con ópticas LED. En su perfil, nuevas llantas de aleación. Todos estos argumentos, se asociarán a nuevos colores de carrocería.
Muchos menos cambios hay en su interior, aunque parece que Toyota ha incorporado nuevos materiales. La instrumentación ha sufrido pequeños retoques y como es lógico, al tratarse de una versión híbrida incorpora nuevos datos informativos relacionados con el tipo de conducción o el consumo de las baterías. De hecho, casi el principal cambio es el paquete Toyota Safety Sense, que incorpora alertas de cambio de carril, sistema automático de luces, sistema de frenada de emergencia, control de velocidad adaptativo, lector de señales de tráfico y un sistema de visionado total del vehículo de 360º desde la pantalla multifunción.
Pocos datos
Uno de los puntos más atractivos de este RAV4 en el Salón de Nueva York como es lógico es su motorización híbrida, aunque Toyota no ha dado un gran número de detalles. En cualquier caso, además de la gama habitual de motores diésel y gasolina, el RAV4 híbrido presenta una opción más para los compradores. Una opción que pasa por un bloque de gasolina de 2.5 litros que se asociará a otro propulsor eléctrico. Tendrá una transmisión automática CVT, aunque de momento la marca se ha guardado los datos de consumo, potencia y prestaciones en lo que se refiere a este RAV4 Hybrid.
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