De la misma forma que los pilotos de Fórmula 1 también son personas, y como tal, cometen errores; los hiperdeportivos también son coches, y están sujetos a los mismos peligros. Sino que se lo digan al propietario de este FXX (con un diseño muy cuestionable, por cierto) que esta semana ha hecho un pequeño destrozo a su Ferrari FXX.
Si unimos un coche no homologable para carretera, con un motor V12 de 800 caballos y un peso de 1.155 kilogramos con una de las pistas no ovales más rápidas del mundo, como es Monza, las probabilidades de que algo así ocurra son altísimas.
Un poquito de fibra por aquí... un poquito de carbono por allá...
Aunque no han trascendido detalles del accidente, parece probable suponer que en algún momento el coche ha perdido la trasera y ha 'dado un besito' al muro. Afortunadamente, el daño a primera vista no parece demasiado. Habría que saber si algún sistema del coche ha resultado dañado, pero si no es así, al final es chapa y pintura.
O mejor dicho, fibra de carbono y pintura. Porque en un coche de más de un millón y medio de euros, nada es barato. Y reparar la fibra de carbono nunca lo es, sea en coches o en bicicletas. Desde Motor&Racing no podemos sino alegrarnos de que no haya pasado nada al afortunado conductor, y rezar para que al reparar el vehículo su propietario se decida a darle una nueva mano de pintura, y, a ser posible, una más acorde con un Ferrari de 1,5 millones de euros.
Fuente: GTSpirit
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