Todos los caminos conducen a un mismo destino, el futuro. No hay nada que evite el pasar del tiempo, tarde o temprano llegaremos a él. La cuestión más significativa y a la vez más importante es, ¿Cómo nos preparamos para afrontarlo?
A nivel tecnológico, las renovaciones son inevitables. La tecnología es como la moda, hoy aparece algo nuevo, mañana se disfruta, se comparte y se propaga, y pasado mañana simplemente se esfuma, porque fue sustituido por algo nuevo y mucho más novedoso. Lo mismo ocurre en el sector automotriz. Cuantos coches, camiones, autobuses, camionetas, furgonetas hemos visto desfilar a través de los años, ya la cuenta es tan grande que hoy es sencillamente incontable. Pero indiferentemente de los números, a la final obtenemos un solo resultado, evolución.Todo evoluciona, a veces para mejorar y otra veces para empeorar lo que de por sí no servía. ¿le viene a la memoria algún vehículo en específico que usted crea que, al pasar a su versión más reciente, simplemente desmejoró? ¿Verdad que sí? Es lo más natural; casí siempre ocurre que terminamos diciéndonos a nosotros mismos, "me hubiera quedado con mi carrito viejo porque nunca me dio problemas".
Pero con sinceridad, no todo es tan malo. Hay miles de casos en donde la evolución tecnológica ha contribuido con los nuevos avances. Hoy, gracias a incontables estudios tecnológicos, en muchos países se ha reducido, por ejemplo, los niveles de contaminación. Eso es una gran noticia, sobre todo porque como seres humanos nos merecemos respirar el aire más puro, y además, nuestro planeta lo requiere con extrema urgencia. Una gran solución en el sector automotriz fue la invención de los famosos coches, automóviles o vehículos eléctricos, tanto de dos ruedas como de cuatro. La idea de por sí suena muy atractiva pero todavía existen muchas personas que dudan sobre su funcionamiento y piensan que es sumamente riesgoso adquirir uno de estos modelos con tecnología futurista.
Para llegar a buenas conclusiones y decidir si es o no rentable y beneficioso comprar un coche con tecnología eléctrica debemos consultar ciertos aspectos que envuelven tanto a los coches propulsados a gasolina y diésel y compararlos con los vehículos del futuro próximo.
Para comenzar es conveniente aclarar que está demostrado que los coches eléctricos son cero contaminantes en comparación a los que son propulsados por combustibles como la gasolina o el diésel. Sin embargo, debemos acepta que en la actualidad se ha trabajado mucho en los coches convencionales que el nivel de contaminación se ha reducido al máximo. Los controles rigurosos a los cuales son sometidos los modelos de última generación han contribuido a un mejor medio ambiente, incluso, las miles de ONG alrededor del planeta que trabajan en pro del cuidado del ecosistema también han contribuido con su granito de arena para que en continentes como el europeo se respeten los niveles de contaminación provenientes de los motores de los coches.
De la misma manera, vale la pena realizar algunas comparaciones entre lo eléctrico y lo propulsado por combustibles como el diésel o la gasolina. Podemos partir del costo para adquirir cualquiera de estos modelos. Se afirma que los coches a gasolina o diésel son más económicos en comparación a los modelos eléctricos. Podemos pensar que, por el momento, es así. Pero no en todos los casos, vale recordar que todo dependerá de la marca que los fabrique. No será lo mismo comparar el costo de un Lamborghini Huracán que el de un Tesla S 60. Hay algunas excepciones.
Costos
Luego de muchos estudios, podemos concluir que la razón principal por la que un coche eléctrico es más costoso es por el precio de sus baterías. Las baterías de los modelos eléctricos no son cualquier pila alcalina, al contrario, son el resultado de muchas investigaciones. Con todo, su costo son la clave del éxito de estos vehículos. Se espera que dentro de pocos años los coches eléctricos se comparen a los impulsados por gasolina o diésel. Y debe ser así, de lo contrario dejarían de ser rentables y por lo tanto, su producción estaría sujeta hacia unos pocos compradores.
Autonomía
Desde su diseño y creación existió una especie de tabú con respecto a la distancia de recorrido total que podían soportar los coches eléctricos. Si bien es cierto que desde un principio las baterías duraban muy poco, hoy la realidad es totalmente distinta. Algunas empresas automotrices reconocidas por la venta de coches de la gama eléctrica como Tesla, han desarrollado la autonomía de las baterías y en la actualidad hay muchos modelos que ya cuentan con autonomía de recorrido de más de 400 kilómetros. La recarga incluso fue mejorada, de hecho, ya no es necesario esperar largas horas para recargar estás baterías, ya que muchas, en modo rápido, hasta se recargan en tan solo minutos.
Baterías
Otro tema que se debe tocar al comparar coches eléctricos y coches impulsados a gasolina o diésel son la duración total de sus motores y la batería. En muchos casos, las baterías de los coches eléctricos son capaces de durar hasta 20 años; comparada a la vida útil de una batería tipo "normal", por así decirlo, de un vehículo impulsado por combustible, notaremos una gran diferencia ya que, si sacamos cuentas y echamos números, en 20 años pudiéramos sustituir una batería normal unas cuatro o cinco veces, como mínimo. Lo bueno de todo es que, al finalizar la vida útil de las baterías, ya no será un problema el saber qué hacer con el acumulador malo, ya que hoy existen numerosas empresas que reciclan estos elementos para evitar cualquier contaminación al medio ambiente.
Recarga
Para culminar, y de seguro, la diferencia más notoria y la que hace que los coches impulsados por combustible sean todavía más prácticos, es el tema de la recarga. En los países existen miles de estaciones de servicio donde se recarga combustible (diésel o gasolina), y se realiza en pocos minutos. En el caso de los coches eléctricos, no. Aún esta idea está en desarrollo, pero se espera que en pocos años esto deje de ser un problema, y se construyan y desarrollen estaciones de servicio alrededor del planeta especialmente diseñadas para atender modelos eléctricos.
Podemos concluir que, para inclinarnos a la compra de un coche eléctrico, debemos vivir en un país en donde sus desarrollos estén realmente avanzados, y exista capacidad de respuesta en cuanto a servicios y repuestos, y sobre todo, que la recarga de sus baterías no sea un problema. En caso contrario, será mejor decidirse por lo seguro, por un coche a gasolina o diésel, eso sí, manteniéndolo al día y dentro de los límites permitidos de contaminación ambiental.
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