Aparece de nuevo a la venta una de las pocas unidades fabricadas de 'Wet Nellie', que es como los integrantes del equipo de rodaje de la película de James Bond "La espía que me amó" denominaban a los Lotus Esprit transformados en submarino especialmente creados para las escenas rodadas bajo el agua del largometraje de la saga de 007.
Hace unos meses saltaba la noticia de la venta de otro de estos ejemplares, que disponía de una historia muy llamativa. Aunque no gozaba del buen estado de forma de esta unidad, que recientemente ha sido objeto de una profunda restauración. Habiendo sido esta documentada en el célebre programa 'American Restoration', conducido por el restaurador Rick Dale.Este ejemplar sale con una etiqueta de venta de 1.000.000 de dólares, unos 922.545 euros al cambio vigente a día de hoy. Algo más que los 900.000 dólares que se pagaron por la anterior unidad de 'Wet Nellie', aunque esta nueva unidad no es utilizable bajo el agua.
Wet Nellie
El anterior ejemplar vendido fue comprado por nada menos que Elon Musk, que en teoría pretende convertirlo en un modelo plenamente funcional, tanto como vehículo para el asfalto como para poder emplearlo debajo del agua.
Este ejemplar dispone de una historia muy rica, ya que fue almacenado durante años en un contenedor, que con el tiempo terminó siendo abandonado y por lo tanto subastado. El nuevo comprador desconocía por completo que era el Lotus Esprit que descubrió cubierto de polvo en el contenedor. Pero mientras era transportado en camión camino del chatarrero, fue avistado y reconocido por otros camioneros que se cruzaron con ellos por la carretera, y al avisarse por radio del avistamiento del Lotus Esprit permitieron descubrir su verdadera naturaleza. Permitiendo que el ejemplar se salvara de ser perdido para siempre.
El Lotus Esprit pasó entonces a ser expuesto, hasta que a finales de 2013 su propietario decidió ponerlo a la venta, como expusimos en nuestro reportaje especial sobre el modelo y que podéis leer aquí.
Este último ejemplar puesto a la venta será un especial objeto de colección, aunque realmente se trate de un modelo estático sin más valor que el propio que le confiere su particular historia. Ya que no es un modelo funcional.
Fuente: Hemmings
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