Un Porsche 911 S 2.4 de 1973, pero no un 911 de la primera generación 901 cualquiera, este perteneciente a nada menos que a Richard Hamilton, padre del por Art que revolucionó la cultura moderna en los años sesenta y que se expandió por todas las facetas artísticas de la sociedad, desde la pintura hasta la música o la televisión.
Este 911 es un ejemplar extraordinariamente bien conservado, sus menos de 45.000 kilómetros han sido realizados con bastante cuidado, tal y como se aprecia en las fotografías, donde se aprecia una limpieza y pulcritud extremas en cada una de las piezas y superficies retratadas.
Vehículo personal del artista
Sobre el modelo, el artista argumentó que el solo pintaba aquello que el pensaba que podía mejorar, pero que el diseño del 911 era tan perfecto que era sencillamente inmejorable.
Su gran estado e historial de propiedad, encabezado por el célebre artista justifican los cerca de más de 400.000 euros que anuncia Bonhams para la subasta del modelo, que tendrá lugar a finales de junio.
De 2.341 c.c., el seis cilindros alemán disponía de unos 190 caballos, y como todos los modelos de esa generación disfruta de la silueta del 911 más pura y reconocible. El artista además lo encargó originalmente en un soberbio tono negro, tanto para el exterior de su pulida carrocería como para el habitáculo al completo. Las icónicas llantas Fuchs también disponen de ese tono en ciertas partes.
Una combinación sobria pero muy elegante y atemporal, que remata un ejemplar que es una gran pieza para cualquier coleccionista, no solo por pertenecer al artista sino por representar una de las unidades más llamativas y bien conservadas del modelo.
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