El escándalo de Volkswagen sobre la manipulación de los valores de las emisiones de sus motores sigue dando mucho de que hablar, ya desde que surgió el pasado mes de septiembre, cuando en MotoryRacing publicábamos las primeras noticias sobre el dieselgate. Sin ir más lejos, esta misma semana informábamos sobre la confirmación de que los motores V6 también están afectados y estábamos en lo cierto cuando afirmábamos, en el artículo sobre los 30 directivos implicados, que "El escándalo de Volkswagen parece no tener fin". Pero lo presentado hasta entonces era solamente la punta del iceberg, puesto que siguen surgiendo más y más complicaciones para el grupo alemán VAG derivadas de sus acciones encaminadas al enmascaramiento de las emisiones.
La fiscalía de Brunswick, encargada del caso de los motores diésel, ha abierto una nueva investigación esta vez sobre un posible fraude de impuestos causados por los motores de gasolina, y por la cual se encuentra actualmente examinando de modo formal las lecturas de emisiones en vehículos cuyos propulsores se alimentan de este combustible. Desde la fiscalía anuncian que el daño causado por la evasión de impuestos no es insignificante ya que en base a lo que Volkswagen anunció a principios de Noviembre, se habían encontrado inconsistencias en aproximadamente 800.000 vehículos vendidos principalmente en Europa, lo que podría implicar un fraude de alrededor 2 billones de euros.Para entender el fundamento de este fraude tenemos que considerar que, dependiendo del país, el importe de algunos de los impuestos que los usuarios pagan por su vehículo tiene su referencia en el nivel de CO2 que este emite, debido a que los gobiernos tratan de incentivar la compra de los vehículos que menos contaminan. Por ejemplo, para nuestro país, los vehículos de emisiones menores o iguales a 120g/km de CO2 no pagan impuesto de matriculación, vehículos de emisiones mayores de 120 y menores de 160 g/km de CO2 pagan un 4,75% de su valor, y así sucesivamente. Por lo tanto, si un vehículo tiene declarado cierto un valor de emisión de CO2, inferior al que realmente emite, podría haber estado pagando menos impuestos de los debidos.
Volkswagen lo tiene más complicado para corregir este error, porque si bien, para los motores diésel basta con la sustitución del software ilegal, en el caso de los motores de gasolina podría ser mucho más difícil reducir las emisiones de CO2, al menos de un modo tan inmediato como en el caso de los motores diésel. De momento, según indicábamos en el artículo del 4 de noviembre, Volkswagen estimó el arreglo de este problema en unos 2.000 millones de euros.
Seguiremos por tanto pendientes en las próximas semanas del resultado y desenlace de estas investigaciones y otros acontecimientos pues como ya indicábamos, seguramente muy a pesar de los nuevos directivos del Grupo Volkswagen, el caso parece no tener fin.
Fuente:Autonews Europe
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