La declaración más sorprendente de Michel Horn fue la relativa a cuando tuvo constancia del problema de las emisiones de los modelos equipados con los denostados motores TDI de la marca, a lo que contestó que desde hacía 18 meses, concretamente desde la primavera de 2014.
Según Horn, en esa época le fue informado el posible problema de las emisiones de esos motores, pero que "que podría remediarse" además de darse por enterado de que las agencias medioambientales estadounidenses podrían sancionar el incumplimiento de dichas normas de emisiones.
Solución
Las declaraciones de Horn han sido reveladas por un comunicado de prensa distribuido por la propia marca en la que también se revela el plan de actuación de la firma al respecto de las posibles soluciones al problema.
Según dicho comunicado, la empresa convertirá la investigación en global y afectará a toda la estructura de la empresa, además de que se trabajará sin descanso en la búsqueda y puesta en práctica de las soluciones para dicho problema. Según Horn, son tres generaciones de motores diésel afectados por este problema, y cada una de ellas tendrá la solución más adecuada.
Por último, Horn afirma que la compañía hará una revisión drástica de sus normas y procedimientos internos, con el fin de que este tipo de situaciones no pueda repetirse y prometiendo que la marca tendrá una comunicación abierta y directa tanto con los clientes como con los distribuidores, empleados y el público general. A los que se les dará información según avancen la investigación y las soluciones del problema.
Polémica
Las declaraciones del CEO de Volkswagen Norteamérica, ante la corte estadounidense, son ante todo una nueva entonación del mea culpa, a la vez que un discurso tranquilizador frente a la tormenta mediática que se ha levantado alrededor de la polémica de las emisiones.
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